sarriguren - Han montado 450 chapas para los corredores y les ha tocado hacer tajo extra porque les pidieron 200 o 300 más. Han preparado un photocall para que todo el que quiera (igual que Javi y Magdaleno en la imagen) encaje su cabeza en el dibujo de la carrera. Y hoy, como en ediciones anteriores, colaborarán con el avituallamiento, megafonía, fotografía o lo que haga falta.

La Residencia Hogar Félix Garrido de Sarriguren, que presta atención integral a las necesidades básicas de las personas con trastorno mental grave, volverá a estar muy presente en la carrera solidaria de Sarriguren, prueba que reúne hoy a más de 700 personas inscritas. En su cuarta edición la misión es recaudar fondos para otra entidad con mucho arraigo en el lugar: la Asociación Hiru Hamabi de Daño Cerebral Adquirido Infantil. Todo queda en casa.

La actividad tiene un efecto terapéutico multiplicador para el centro Félix Garrido. Por un lado más de 20 personas usuarias volverán a participar en una causa solidaria. Eso ya reconforta. Además su presencia sirve de terapia social, un antídoto contra los estigmas asociados a la enfermedad mental. “Que nos vean, que no hacemos nada raro”, explica Miguel Rico. “Somos iguales todos”, defiende Magdaleno Navarrete. “Es que en esto de la salud mental, quieras o no quieras aún hay mucho tabú”, dice por su parte José Méndez, los tres usuarios de Félix Garrido. La trabajadora Sonia Ascunce destaca la oportunidad de “dar una visión positiva. Las noticias de las personas con problemas de salud mental siempre tienden a reflejar lo negativo, y de esta manera podemos transmitir otro mensaje a la sociedad. Estamos aquí haciendo estas cosas. Hay que visibilizar esta parte”.

egoísmo del bueno “No es solo lo que aportas, sino lo que sacas de ahí como beneficio. Porque si no se diera esa parte positiva que tú adquieres no habría tanta solidaridad”, considera otra usuaria sobre la carrera. La solidaridad sienta bien, aunque sea por puro egoísmo. “Es mi primer año y estoy súper ilusionada porque la misión es ayudar a niños con enfermedades cerebrales. A los que tenemos nietos este tema nos toca un poquito más adentro”, dice Carmen Guallar, también usuaria.

Alicia María Otazu habla del “enriquecimiento” que le supone juntarse con todo tipo de gentes, en especial jóvenes y niños. “Tú das y a cambio te transmiten sensaciones, vibraciones... esa química especial de la carrera que se experimenta en el ambiente. Y participar en el pueblo, para el pueblo y que el pueblo te reconozca... Esto te enseña a comprometerte con las causas para poder sentir que vales, que eres autónoma”, comenta. “A mí me gusta porque das y a la vez recibes. Y cada vez que estás pasándolo bien trabajas los problemas que tienes en el día a día”, detalla Rico. A Méndez el evento y sus preparativos le sirven “para estar orgulloso y que la gente se de cuenta de que somos válidos”. Igual de contento se siente Navarrete, “muy a gusto con este trabajillo. Hay que aportar siempre un granito de arena a la sociedad”, opina.

La participación de Félix Garrido en la vida de Sarriguren no se limita a la carrera. Desde el equipo de gestión compartida de acciones de responsabilidad social, formado por personas usuarias y profesionales de igual a igual, se han promovido distintas actividades. Realizan y reparten los broches en forma de mano contra la violencia machista, participan del carnaval con los y las pequeñas del valle en la ludoteca de Olaz (este año tocó el disfraz de chino), y han colaborado con la AHNA recogiendo y cargando ropa para personas refugiadas. “Hemos conseguido integrarnos bien en el funcionamiento de Sarriguren, somos uno más”, finaliza Miguel Rico.