Tierra de conjuros
El Mercado de la Brujería transformó durante unas horas a Bargota, que hasta el viernes celebra su semana temática
bargota vivió ayer, durante toda la mañana, uno de los eventos más especiales de su Semana de la Brujería, que en su ya decimocuarta edición se prolongará hasta el próximo viernes. Y es que, cientos y cientos de personas se acercaron ayer hasta el municipio para disfrutar del popular Mercado de la Brujería bajo un sol de justicia. Allí pudieron adquirir diversos productos de alimentación artesanos, así como llevarse un recuerdo en forma de juguete de madera, mineral, utensilios, etc. Y, por supuesto, también refrescarse o llenar el estómago en las distintas barracas o tabernas.
Sin embargo, para quienes pisan por primera vez Bargota lo que más llama la atención es cómo sus vecinos se visten y cómo decoran las viviendas para la ocasión habilitando distintos rincones: el akelarre, las pócimas, la Inquisición, el rincón de las Brujas, la botica o la propia casa de Johanes, el artífice de la relación que el municipio tiene con la brujería.
Como novedad, ayer también se habilitó uno, denominado despacho del primer alcalde (1818), que venía a conmemorar una fecha muy especial para Bargota, los 200 años de la independencia de Viana tras obtener el Privilegio de Villazgo que llevaba siglos reclamando. Una leyenda en la puerta informaba a los curiosos del suceso histórico.
Las calles, además, estuvieron amenizadas en lo musical por el grupo aragonés Lurte, muy bien caracterizado, y también por el grupo Nafar Laiariak, que, formado por gente de Puente la Reina-Gares, Artajona, Biurrun y Oteiza de la Solana, realizó una exhibición de cómo se camina sobre las laias, el antiguo apero de labranza, sorteando distintos obstáculos. “Cuando nos llaman de algún sitio vamos a hacer exhibiciones; aquí ya estuvimos el año pasado”, explicaron en mitad del espectáculo.
magia, talleres... La asociación riojana Guardias de Santiago, que representa desde hace unos años El sitio de Logroño de 1521, también animó la localidad por la mañana, desfilando ataviados como lo hacían siglos atrás y con su propio sonido de timbales, explicó Chechu Ciarreta.
Se da la circunstancia de que el vicepresidente de esta asociación, Honorio Colino, es guarnicionero y ayuda a los compañeros a realizarse sus propios trajes, espadas o armas para la ocasión. Ayer en Bargota no paró de confeccionar colgantes para los más pequeños en su taller, que no falta a la cita desde hace unos años y donde da toda clase de explicaciones. “El taller es siempre un éxito”, comentaba su esposa.
Las opciones para entretenerse ayer eran muchas, y sobre todo los pequeños optaron por aprender equilibrismo y malabares de la mano de Peio Zabala, de Lumbier, un veterano ya en la Semana de la Brujería de Bargota, a la que lleva acudiendo cinco o seis año. “Es una actividad participativa, para toda la familia. Antes un padre incluso se ha atrevido con los zancos”, explicaba Zabala. “Hay que confiar en el equilibrio y mirar hacia adelante, como cuando aprendes a andar en bici. Y es importante aprender a saltar”, explicaba mientras un grupo de niñas intentaba avanzar caminando sobre grandes cilindros con su ayuda.
Quienes ayer se quedaron con las ganas pueden volver a Bargota hasta el viernes y disfrutar con un taller de marionetas, realizar una ruta por las bodegas, aprender a hacer la colada como antiguamente, degustar migas y sopas de ajo, o asistir a una conferencia de Koro Irazoki sobre la brujería o a una actuación de Pedro III El Mago. Él será el encargado de clausurar la semana el viernes, día 20, con una traca final,