En 1912 la prensa basculaba entre informaciones relativas a dos crímenes. El primero de ellos era la muerte de José Canalejas, presidente del Gobierno asesinado el día 12 de un tiro en la cabeza por el anarquista Manuel Pardiñas. En cuanto al segundo, producido en Navarra, había levantado mayor polvareda aún. Ocurrió en fiestas de Rocaforte, cuando un joven de Tabar, Nicolás Ochagavía Arrieta, que había ganado a las cartas a dos cuadrillas de Rocaforte y Lumbier, desapareció misteriosamente durante el baile. La foto de aquel año muestra una parada militar en la calle General Chinchilla. Al fondo se aprecia el edificio de la actual Escuela de Música, mientras que a la izquierda se ve una construcción de color blanco en la que se solía celebrar un proletario baile, muy popular entre los txortas de la guarnición, y que por ubicarse en un barracón de madera recibía el significativo nombre de “baile de la Gotera”.

Hoy en día debemos conceder que la zona ha cambiado bastante. Vemos al fondo las casas de la calle Ciudadela y la Escuela de Música, aunque donde estuvo La Gotera hoy se levanta el edificio ecléctico del Gobierno Militar, dando frente al paredón minimalista del Palacio Baluarte Jauregia. Por cierto que, como el lector avezado habrá ya imaginado, el joven Nicolás Ochagavía apareció finalmente muerto, descuartizado y dentro de un saco arrojado al río, y nunca se encontró a los culpables. En cuanto a la muerte de Canalejas, el Pensamiento Navarro informaba de que existía en Europa cierta preocupación por la frecuencia con que se atentaba contra los presidentes del gobierno españoles. Ni por el forro imaginaban que hace escasamente una semana, 106 años después, iban a detener a un conspicuo franquista por planear cargarse al actual. Y es que chiflados ni han faltado ni faltarán sobre la faz de la tierra?