En 1953 la prensa del Régimen andaba enloquecida con la llegada a España de la primera ayuda económica americana, consecuencia directa del acuerdo por el cual se instalarían bases militares yanquis dentro del territorio. El primer lote, consistente en dos millones de dólares, estaba destinado a la compra de hierro, cobre, aluminio y otros metales, y se consideraba un logro personal de Franco. La fotografía muestra la esquina entre las calles Paulino Caballero y Cortes de Navarra. Allí se encontraban los talleres de automóviles Doria, aunque el viejo edificio parece ya a punto de ser demolido. Se ve el anuncio de la empresa ejecutora, Construcciones San Martín, así como el de la entidad bancaria que se instalaría en el nuevo edificio. Más pequeños, se ven los cartelitos que anunciaban los productos de los talleres clausurados, pudiéndose leer aún las palabras “accesorios”, “neumáticos” y “recambios”.

Hoy en día el tamaño de los edificios nos obliga a abrir el plano, aunque el inmueble del extremo izquierdo certifica que nos encontramos en el punto exacto desde donde J.J. Arazuri obtuvo su foto. En cuanto al edificio nuevo, responde a la estética severa de los primeros años del régimen de Franco. Aquel Franco del que, ahora hace 65 años, podía leerse, en los titulares de Diario de Navarra, que desarrollaba una política exterior “altamente afortunada”, y que había “levantado España por sus propios medios”.

En otro orden de cosas, diremos que este artículo de hoy es el que hace el número 400 de esta serie, desde que hace ya ocho años, el domingo 24 de enero de 2010, saliera a la luz el primero de ellos. Cuatrocientas semanas de citas con nuestros fieles lectores, en los que hemos venido desentrañando, con mucho cariño y con un pelín de nostalgia, el pasado reciente de esta milenaria ciudad de Iruñea. Bejondeizuela...!