pamplona - El informe del subdirector general de la Dirección General de Seguridad, José Sainz, emitido el 14 de julio, realizaba un análisis en la que se concluye que la situación en la Plaza de Toros “no revestía caracteres de alarmante gravedad”, que fue “temeraria” y que hubiera sido “más prudente” no intervenir.

En su informe decía que la responsabilidad sobre “esta desgraciada intervención” debía recaer sobre los mandos y defendió la utilización de armamento real por parte de los agentes ante “el aluvión agresivo que les vino encima desde los tendidos y sobre todo desde el mismo ruedo”. Sobre quién dio la orden de intervenir, el informe cita que tuvo su origen en la indicación que “el comisario jefe provincial del Cuerpo General de Policía hizo al comandante jefe de la guarnición de Policía Armada de Pamplona, ambos presentes en el callejón de la plaza”.

Según expuso en el escrito remitido al Ministerio del Interior, “no se ha podido aclarar con más exactitud el modo, y la responsabilidad, en que se produjo la orden a la Fuerza de irrumpir en el ruedo en enérgico además de desalojo y sin aviso previo o toque de atención. Lo que sí parece estar claro es que todo fue el lamentable producto de una desacertada interpretación de las indicaciones, con clara influencia del ambiente de tensión”.

El subdirector consideró que tras los incidentes en la plaza en Pamplona se produjo “un ensayo insurreccional de análogo estilo a los desarrollados con anterioridad en otras ciudades” y se cita los gritos a favor de ETA durante los enfrentamientos entre ciudadanos y policías y la “animosidad” en el “espacio vasconavarro a las Fuerzas del Orden Público”.

De hecho, en la introducción hizo un recorrido por los atentados ocurridos en fechas anteriores y a las reivindicaciones de amnistía con motivo del lanzamiento del Chupinazo. - K.G.