El derribo de los Cines Carlos III ha mantenido en vilo en los últimos meses a la ciudadanía pamplonesa. Por lo impresionante de la intervención, en pleno centro de la capital, y por poner el The end a la historia de una de las últimas salas de cine de Pamplona.
Aunque el derribo no ha concluido del todo, las ruinas de lo que fue resultan elocuentes. “La obra no está terminada -explica Lidia Úcar, de la empresa Erri-Berri-, falta de sacar escombro y terminar el medianil con el edificio colindante”. Todavía en plena faena, pero ya hay algunas cifras aproximadas de lo que el Cine Carlos III dejó en el suelo, a modo de escombro. “Por el momento, han salido unas 1.800 toneladas de escombro”. ¿De qué tipo? En su mayoría es material de naturaleza pétrea (hormigón, ladrillo...), aunque, según explica la jefa de obra, también hay maderas (alrededor de 110 toneladas), vidrio (8 toneladas), plásticos (350 kilos). Como ha podido verse durante estas semanas, en los derribos suele trabajarse con una pantalla de neopreno que cuelga de la fachada para que no salten materiales a la vía pública.
En obra, siempre si el espacio lo permite, se separan manualmente y con maquinaria. A partir de ahí, “todos los materiales se llevan a un gestor autorizado de residuos como, por ejemplo Contena Recuperación SL”. Esta empresa, ubicada también en Navarra, genera áridos reciclados de distintos tipos que luego ponen en el mercado, y es especialista en el tratamiento, entre otros, de residuos mezclados de construcción y demolición, hormigón, ladrillos, tejas y materiales cerámicos... Al respecto, Pedro Gorcaray, también de la empresa Erri-Berri, detalla que los áridos, la piedra, el ladrillo y el hormigón, van a unas machacadoras que lo transforman en una especie de grava, que luego se reutiliza como bases para soleras”. Hay que señalar que las normativas de en materia de derribos cada vez son más estrictas y obligan a reciclar muchos más elementos. En el caso de estas gravas, por ejemplo, se pueden volver a poner en uso haciendo nuevos hormigones, para caminos de parques y jardines... En el caso de las maderas, por ejemplo, suele ocurrir que si no es reutilizable de ninguna manera, se convierte en biomasa, como combustible de calderas, por ejemplo.
Desde mediados del mes de febrero, las excavadoras, cizallas y mordazas han venido arañando las paredes de las míticas salas de cine y las oficinas de las plantas superiores. “En la obra ha participado personal de Erri-Berri y también contratado de fuera, aunque el día que más personal ha habido no se ha pasado de 9 personas”, explica Lidia Úcar, la jefe de obra.
DE YÁRNOZ, AUTOR DE LOS CAÍDOS El edificio, entre Cortes de Navarra y la avenida de San Ignacio, del que ya solo quedan las ruinas, fue levantado entre los años 1963-64 sobre los cimientos del emblemático Teatro Olimpia, que tuvo actividad en esa zona durante cuatro décadas. Tanto el teatro Olimpia como el cine Carlos III fueron obra del arquitecto José Yárnoz Larrosa, que en 1942 también había proyectado, esta vez con Víctor Eúsa, el Monumento a los Caídos, un edificio que ahora otra vez de actualidad, por el concurso de ideas que ha convocado el Ayuntamiento de Pamplona para su transformación.
Sustituyendo al mítico Olimpia, los cines Carlos III funcionaron 52 años, entre 1964 y 2016, y en la parte inferior funcionaron durante décadas distintos comercios como una tienda de bolsos (otrora aquel conocido como La hoja seca), un estanco y una joyería, además de un comercio de ropa de caballero.
PAMPLONICA LE SUPERA El derribo del Cine Carlos III si bien ha generado una gran expectación, no ha sido el de mayor envergadura realizado en Pamplona por la empresa Erri-Berri, ya que le supera el de la empresa El Pamplonica, en la avenida de Zaragoza, que se desarrolló entre octubre de 2010 y enero de 2011. La demolición fue costeada por las arcas municipales y ascendió a 179.908,80 euros.
También en la avenida de Zaragoza, en estos momentos la empresa Erri-Berri lleva un mes trabajando en las naves de la antigua Superser, realizando “principalmente labores de limpieza y derribos interiores”, previas a la demolición, ya que en este lugar se prevé la instalación de Ikea.
La empresa Erri-Berri, que tiene su sede central en Olite, pero que ya cuenta con delegaciones en Madrid y Andalucía, ha llevado a cabo derribos famosos como, además de Pamplonica, la antigua cárcel de Pamplona, la Fábrica Mina en Huarte, la manzana de la calle Leyre, el muro de Potasas en Noáin... Pero a nivel nacional, en estos momentos están realizando la demolición del Vicente Calderón, como ya hicieron con las gradas del campo de Anoeta en su día.