pamplona - El Gobierno aprobó ayer el Plan Director del Ciclo Integral de Agua de Uso Urbano para el periodo 2019-2030, el mayor instrumento de lucha contra el cambio climático y a favor de la economía circular en materia hídrica de la Comunidad Foral, y que regula y asegura el abastecimiento y el saneamiento integral de toda la población de Navarra. El Plan postula comenzar por un exhaustivo estudio de costes en 2020, ya que en la actualidad Navarra cuenta con más de doscientas entidades que prestan el servicio de abastecimiento y su cobro, sin una forma única y homogénea. Con una inversión prevista que supera los 464 millones (la mayoría para infraestructuras pero también más de 30 millones en tareas de divulgación y sensibilización), y un promedio anual de 39 millones, contempla para 2021 el establecimiento de un sistema tarifario “común, solidario, equilibrado” y que fomente “el ahorro y eficiencia” en el uso y gestión del agua, y la aprobación de una Ley Foral que regule el ciclo urbano del agua, con una completa recuperación de costes que deberá alcanzarse en 2027. Así, las entidades deberán recuperar el 100% de sus costes mediante tarifas, incluyendo los costes ambientales.

El texto, que fue presentado ayer a las entidades locales, pone fin a tres décadas de demanda de una normativa específica y conjunta para Navarra en abastecimiento y saneamiento. El plan contempla en total de 10 líneas de acción, y se subraya su trascendencia en un escenario de cambio climático en el que las previsiones para 2030 apuntan a una disminución de las aportaciones hidrológicas del 15% en Navarra, con una estimación de población estable, lo que significará que, con menos recursos habrá que atender, al menos, la misma demanda, teniendo en cuenta que el consumo actual es de 77 hectómetros cúbicos anuales, señaló la consejera Isabel Elizalde.

Los objetivos de abastecimiento establecen que en 2030 toda la población contará con fuentes de “alta calidad” (en la actualidad un 18% no se nutre de fuentes que proporcionen agua de alta calidad), estables y suficientemente diversificadas, teniendo como pauta central el consumo responsable de agua (consumo doméstico que no supere los 120 litros por habitante y día, reducción de los niveles de agua no registrada y uso de recursos de menos calidad para otros usos). En la actualidad, la dotación máxima para uso doméstico está por debajo, con 118 l/hab/día.

alegaciones Con su aprobación se culmina un proceso de elaboración que comenzó en 2016. Se han recibido en el periodo de exposición 151 alegaciones, de las que han sido estimadas 64. El 52% se refieren al río Ega y, en concreto, al acuífero de Lokiz, 14% son sobre el río Queiles, y el resto sobre otros temas. En lo relativo al río Ega, se corrigen las estimaciones de consumo futuro incluyendo dotaciones industriales y se adelanta temporalmente la conexión a Itoiz/Itoitz-Canal de Navarra, que se ejecutará entre 2024-2027, reduciendo la extracción del acuífero de Lokiz (Mendaza) a 3,81 hm3/año y abandonando el uso del pozo de Ancín. Respecto a los pozos aluviales del Ebro que abastecen actualmente a Tierra Estella, se establece la obligatoriedad de realizar los planes de explotación que contemplen su utilización para abastecer usos que necesiten de aguas de menor calidad, evitando así mayor presión sobre Lokiz y garantizando su función como reservas en caso de sequía.

Por otro lado, el saneamiento con sistemas biológicos se extenderá a todos los núcleos de más de 100 habitantes para 2024. En la actualidad, el 98% de la población cuenta ya con un saneamiento biológico y se trabaja en el 2% restante, con alta dispersión geográfica y baja densidad de población.