pamplona - Quizá fueron los aires del Moncayo de su Grisel natal los que llenaron los pulmones de María Jesús Ramírez Ortín de ansias de aprender. O mejor dicho, y como ella misma reivindica orgullosa, de María Jesús Ramírez Ortín Gómez Torres Bonel Ramírez Matute Royo. En realidad, esta mujer de 87 años podría seguir enumerando sus apellidos uno tras otro sin aparente final. “Si quisiera, podría retroceder más, pero ese nunca ha sido mi objetivo. No pretendo desplazarme mucho en el tiempo, sino indagar en la historia de las personas de las que he oído hablar en mi casa”, explica María Jesús. Tras una vida buscando en los archivos de media España, la octogenaria ha escrito ahora un libro sobre su vida y la de sus antepasados que ha decidido titular Una vida caminando. “Llevo con esta idea desde que tengo consciencia. Siempre me ha gustado escribir, y recuerdo cómo iba a la parroquia del pueblo donde me bautizaron a recoger datos y datos de apellidos que coincidían con los míos, por mucho que no fueran de mi familia”, comenta la autora. Ahora, esa misma iglesia ocupa la portada de su libro del que ha impreso 175 copias, solo para la familia y para los amigos. Algunos de estos, incluso se han conocido gracias a su investigación, pero esto nunca hubiera sido posible sin un esmero y una dedicación sin límites.

UNA CARRERA DE FONDO María Jesús ha dedicado seis años a la escritura del libro, aunque empezó a recopilar datos muchísimo antes. “Llevo casi toda una vida organizando este proyecto, pero no he tenido el tiempo suficiente para dedicarme por completo y terminarlo hasta ahora”, comenta. Además, la escritura del libro también ha sido un reto para ella ya que tuvo que aprender a utilizar el ordenador. “Cuando compramos uno, -ella y su marido- no teníamos ni idea de cómo usarlo, así que conseguimos un libro con las pautas más básicas”, dice entre risas. Después participaron en un cursillo de Cruz Roja para practicar un poco. Aun así la tecnología le ha dado algún que otro disgusto a María Jesús. “A veces llamaba a mis hijos pensando que se me había borrado todo lo escrito, pero ellos en seguida venían y me lo solucionaban todo. Sin ellos nunca lo hubiera conseguido. Además de esto, también ordenaban algunas de mis ideas, editaron e imprimieron el libro y escanearon todas las fotos que la gente me envió -unas 1.500- para meterlas en un disco que he incluido con cada ejemplar del texto. “En esta tarea también me ayudó muchísimo Juan Antonio Napal, un amigo al que acogimos durante tres meses mientras llevaba a cabo el tratamiento contra el cáncer que finalmente s lo llevó al cielo. A él también le estoy eternamente agradecida”, dice conmovida. Ahora que por fin lo ha terminado, afirma que no puede leerlo porque siempre ve cosas que mejorar.

relato de toda una vida María Jesús Ramírez Ortín nació el 15 de marzo de 1933 en Grisel, un pueblo de unos 500 habitantes situado en las faldas del Moncayo, a tres kilómetros de Tarazona. De esta etapa solo conserva tres fotos, dos de cuando tenía un par de añicos y otra de la primera comunión, frente a las miles que acumulamos hoy. De aquellos años recuerda cómo se fabricaban sus propias muñecas de tela y bolsos con centeno. También rememora entre risas cómo se tiraban por la cañería que canalizaba el agua del río por debajo de la carretera como si fuera un tobogán. “Lo llamábamos esfarizaculos porque era de cemento puro y siempre acabábamos con las bragas rotas”, ríe.

Cuando cumplió catorce años, se trasladaron a Tarazona. “Creo que esta fue la etapa más importante de mi vida. Hice verdaderas amistades, conocí a mi marido, nos casamos y tuvimos a nuestros primeros hijos”. A partir de entonces, Teodoro González Martínez se convirtió en su compañero de vida. Su boda fue modesta, a las 8.30 de una mañana de 1958. El viaje de novios lo pasaron en Madrid, en casa de unos amigos, y aprovecharon para acudir a muchas obras de teatro, ya que Teodoro era un gran aficionado e hizo coincidir la fecha de la boda con la de los estrenos. Todavía hoy miran aquellos días con una sonrisa en la cara. Volvieron a Tarazona, donde Teodoro trabajaba en una oficina que se dedicaba a cobrar la contribución de los vecinos.

En esa época la COPE estaba naciendo, y el obispo de Tarazona decidió abrir una emisora en el pueblo. Gracias a su buena voz, Teodoro comenzó a trabajar ahí hasta que una compañera se enteró de que había una plaza bacante en Pamplona. “Decidimos probar suerte en la capital y el 1 de noviembre de 1963 marchamos para allá, con tres hijos y embarazada del cuarto”, explica. Teodoro consiguió la plaza en COPE Pamplona y estuvo ahí durante 5 años. Después pasó a Radio Requeté, hoy Cadena SER, donde trabajó 29 años más. “Aquí, a pesar de las dificultades, hemos dado educación a nuestros seis hijos y somos muy felices”, expone rodeada, cómo no, de fotos de sus familiares.

A la pregunta de cómo resumiría su vida, María Jesús responde diciendo que ha aprovechado mucho el tiempo. “Venía de un pueblo sin saber nada y he querido aprender. Dios me ha regalado mucho con las personas que ha puesto en mi camino, y he cogido lo bueno de cada una. No tengo estudios, pero me siento una persona culta en cuanto a la vida”, concluye esta mujer que representa a la modestia hecha persona.