35 años de escultismo
El Grupo Scout Gundemaro de Marcilla continúa promoviendo un ocio alternativo y saludable Realizan actividades los sábados de octubre a junio, acampan y colaboran en el día a día del municipio
marcilla - Con el objetivo de darles un ocio alternativo a los niños y jóvenes de la localidad y de formarles en valores nació hace 35 años el Grupo Scout Gundemaro, una entidad por la que han pasado cientos de marcilleses y que seguirá, a pesar de las dificultades, al pie del cañón muchos años más.
Corría el año 1983 cuando, de la mano del por aquel entonces joven agustino Blas Irañeta, comenzó esta aventura de diversión y formación en valores que ha sido testigo de buena parte del devenir del municipio.
Al principio, explicaban desde el grupo, Irañeta reunió a una serie de jóvenes con inquietudes y los formó para que pudiesen trabajar con los niños que por aquel entonces tenían 11 años, los nacidos en los años 1971 y 1972, los primeros Preranger. Después de esta experiencia piloto, todas las quintas han sido partícipes de este grupo que ha celebrado con ilusión y con ganas de seguir trabajando este aniversario.
De hecho, para conmemorar esta fecha tan señalada, y para la que se creó una Comisión de antiguos, además de la cena que hubo el 30 de marzo el colofón final tuvo lugar en Lagrán, en una jornada en la que se reunieron muchos de los niños, familiares y monitores que han pasado por esta entidad.
Aunque los primeros pasos no fueron fáciles; sin local y sin medios, fue la ilusión, el ingenio y la buena voluntad de todos los implicados, sobre todo de las familias, lo que hizo que todo fuera hacia adelante.
Se trata de un grupo, informaban, que no depende de la parroquia, a diferencia de todos los demás, y, a pesar de que hay ciclos en los que se resiente un poco por falta de personal, lo cierto es que aspiran a seguir siendo un movimiento moderno con un complejo programa educativo que forme en valores a la sociedad.
En este sentido, a nadie le choca ya el escudo presidido por el castillo local o la pañoleta negra y amarilla. Aquí, y a modo de leyenda, cuentan que simboliza la victoria de la luz, el amarillo, sobre la noche, el negro, así como la alegría y la tristeza.
Sin embargo, y supuestos aparte, si algo puede llamar la atención de los que desconocen el grupo es el nombre: Gundemaro, que lo eligieron, tal y como apuntaban, en honor a uno de los reyes visigodos que las leyendas asocian con el origen de Marcilla.
intensa actividad Los scouts de Marcilla realizan actividades todos los sábados por la tarde desde octubre hasta junio, ambos incluidos, además de los campamentos de Navidad y Semana Santa. Todas las sesiones, insistían, tienen la finalidad o el reto de formar a los participantes; todo se prepara con un trasfondo de aprendizaje.
Sin embargo, la actividad estrella es la acampada de verano, diez días para disfrutar del grupo y la naturaleza. “Es algo que no nos cuesta esfuerzo porque lo hemos vivido desde pequeños. Además, por un lado, los chavales te enganchan a seguir, y por otro lado, es importantísima la piña y la buena relación con el resto de monitores, sino sería imposible. Es algo que, a pesar de que conlleva mucho trabajo y esfuerzo, merece la pena porque es muy enriquecedor”, insistían los monitores.
En el caso de los más mayores, además, ellos son los que proponen muchas de las actividades. Se trata, explicaban, “de hacerles protagonistas y partícipes, valorados como adultos.”
En continua formación y pensando diferentes talleres que logren los objetivos deseados o buscados, afirmaban desde la entidad marcillesa que “lo más tedioso es la burocracia que hay que pasar para poder hacer las actividades; los permisos, las subvenciones, los títulos, pero al final es lo de siempre, te acaba compensando”.
Gundemaro, además, está implicado en el día a día de Marcilla y colabora, ayuda y participa en las actividades que allí se realizan durante el año.
El coordinador en la actualidad es Raúl Fuentes y como monitores estarán al pie del cañón en esta nueva campaña siete jóvenes monitores. “Ahora es una entidad muy asentada pero en su día fue algo nuevo. Los padres sabían que sus hijos iban a estar entretenidos y bien cuidados”, afirmaban algunos de los integrantes de Gundemaro en la actualidad.
incertidumbre e ilusión El grupo, apuntaban, cierra este aniversario “con un sabor agridulce” ya que a pesar de ser un referente en el ocio infantil y juvenil del municipio y el segundo en antigüedad de los scouts navarros, al finalizar el campamento de verano el futuro era muy incierto por la falta de monitores. Sin embargo todos; familias y antiguos monitores han trabajado codo con codo estas semanas y la gran noticia es que cuatro nuevas personas han entrado a engrosar las filas del equipo de educadores. Además, se han creado estructuras para que las familias y los antiguos scouts asuman ciertos trabajos que aseguren la continuidad de Gundemaro.
Con más de 70 chicos y chicas divididos por edades en las ramas Ranger (12-13 años), Pioneros (14-15 años), Rutas (16-17 años), así como los Pre-ranger, este mes el grupo comenzará sus actividades y con ellas el inicio de la andadura hacia los 36 años.
Aunque aparecerán piedras, baches e impedimentos, la gran ilusión y la mochila llena de objetivos y retos por cumplir en pro de los niños y la juventud harán que el camino sea mucho más llevadero.