En 1965 el Primer Ensanche pamplonés conservaba aún algo de aquel aire castrense, de plaza militarmente estratégica, con el que medio siglo atrás había sido concebido. Algunas de sus calles habían sido dedicadas a políticos del momento, como la de José Alonso (1822-1888), gobernador en Cuba y diputado en tiempos de Alfonso XII, o la del General Chinchilla, dedicada a José Chinchilla Díez de Oñate (1839-1898), militar malagueño y ministro de la Guerra en el gobierno de Sagasta. En cuanto a esta que hoy retratamos, iba dedicada a Fray Prudencio de Sandoval, un benedictino vallisoletano que escribió un panegírico sobre el emperador español Carlos V, y que durante un tiempo fue obispo de Pamplona. La fotografía, obtenida el 3 de septiembre de 1965, nos muestra la calle solitaria y algo desangelada, aunque la villavesa jurásica que se adivina al fondo sugiere que en la calle de las Navas de Tolosa había algo más de movimiento.

Hoy en día la calle ha cambiado tanto que ni uno solo de los inmuebles de hace 54 años ha sobrevivido, y tan solo los árboles del Bosquecillo, que se ven al fondo, certifican que nos encontramos en el mismo lugar desde el que Javier Gallo obtuvo la foto antigua. Y la verdad es que el resultado de las transformaciones ha sido una calle sombría y anodina, encerrada entre edificios proporcionalmente demasiado altos, por la que apenas hay lugar más que para los coches, los que circulan y los que permanecen aparcados. Manifiestamente mejorable.

En cuanto a los nombres de las calles, es fácil pensar que se merecían algo mejor que gobernadores de Cuba, generales decimonónicos y panegiristas de Carlos V. Otra calle, paralela a esta, fue dedicada a los Hermanos Imaz, militares franquistas, pero el anterior gobierno municipal le puso el nombre de Julián Arteaga, arquitecto de este Primer Ensanche pamplonés. Mucho mejor...