No hay ni un solo cuarto, ni pared en la casa de la familia de Vilma Valido que no tenga una grieta. Las puertas no se pueden cerrar porque los marcos se han movido, las ventanas no encajan, el aire entra por las grietas, el ambiente de humedad y frío impregna toda la vivienda y las baldosas han saltado dejando grandes desconchones, al igual que los embellecedores de yeso del techo. El parquet de madera se ha ennegrecido por la humedad y toda la pintura del pasillo se ha caído dando paso a una gran mancha redondeada por efecto del movimiento de las tuberías. El aspecto exterior de esta vivienda situada en la plaza de los Almendros número 1 de Milagro, construida en 1995, es muy similar al que tendría si hubiera sufrido las consecuencias de un terremoto. Y es que, en definitiva es lo que ha sucedido.

Los cimientos del edificio se movieron en 2016 como un azucarillo en agua como consecuencia de la rotura de una tubería perteneciente al Ayuntamiento y de cuyos destrozos el Consistorio aún no se ha hecho cargo. La anterior corporación, presidida por la alcaldesa Yolanda Ibáñez, (Navarra Suma) no dio pasos para solucionarlo y el actual (el socialista José Ignacio Pardo) asegura que este problema “nos tiene muy preocupados y nos está quitando el sueño”. Después de varios meses de tratar de dar con el perito del seguro municipal (AXA) y que éste no respondiera o diera largas, el Consistorio asegura que el próximo lunes 4 de noviembre AXA emitirá el informe necesario para que el seguro trate de subsanar el problema de la familia de Vilma Valido que lleva tres inviernos sin poder poner la calefacción porque el calor se escapa por las grietas, al igual que su salud física y mental.

Después de tres años de reclamaciones, protestas y quejas sin respuesta, la solución podría llegar en breve si el seguro de Vilma y el del Ayuntamiento llegan a un acuerdo. El informe de la aseguradora de Vilma cifraba los daños en 56.000 euros.

el interior La rotura en 2016 de una tubería en la calle Bardenas Reales (anexa a la vivienda) produjo hasta 6 metros de barro que hicieron tambalearse los cimientos de la vivienda originando que parte de la misma se moviera sobre sus pilares. A partir de ese momento las grietas comenzaron a aparecer, a veces de golpe y a veces poco a poco “por las noches se oía como se abrían y cómo se resquebrajaba la casa. Era una pesadilla”, recuerda Vilma ante las enormes grietas en la fachada que unen ventana con ventana. Los daños no solo le afectan a ella, que vive en el segundo, también al vecino del primero y, en menor medida, al resto de las cuatro familias. Como ejemplo claro de lo que ha sucedido, la puerta de entrada al portal no se puede cerrar desde hace años ya que el marco se ha movido y tiene la puerta abierta 24 horas al día, 365 días al año, junto a una gran grieta que atraviesa todo el portal.

Llegaron incluso a tener que abandonar la vivienda por peligro de derrumbe y la familia se marchó a un piso de alquiler por el que pagaron 380 euros al mes, durante seis meses. Tras ese tiempo, una empresa reparó y aseguró los cimientos por lo que volvieron a la vivienda pero atravesada de grietas en todas las paredes. Eran conscientes que si no volvían el Ayuntamiento no haría caso y el problema se olvidaría. “Pedí a la alcaldesa Yolanda Ibáñez que me pagara los 3.200 euros del alquiler y me dijeron que sería arbitrario hacerlo y que no tenían dinero para pagar. Poco tiempo después inauguraron las piscinas que les costaron 2 millones de euros”, explica Vilma. Durante muchos meses tuvo que soportar que en el Ayuntamiento no le hicieran caso, “me mandaban a su aseguradora y de ahí me reenviaban al Ayuntamiento. Se pasan la pelota unos a otros”.

En el cuarto de su hija Carla los posters esquivan las anchas grietas por las que entra el frío y las baldosas de la cocina y del baño hace tiempo que saltaron como si fueran galletas.

La concejala de Urbanismo del Ayuntamiento, Belén Cerdán, reconoció que los vecinos “tiene toda la razón del mundo. Entiendo a los vecinos. Es un problema de la legislatura anterior y nos está quitando el sueño. El seguro, después de no cogernos el teléfono durante mucho tiempo, nos dijo que el informe estaría para el 4 de noviembre. Veremos a ver qué pasa porque estamos dispuestos a ir por la vía judicial”. De hecho los albañiles que hicieron alguna de las reparaciones aún no han cobrado el dinero que les ha de pagar la aseguradora AXA que cubre al Consistorio. “He estado en la casa y sé cómo es la situación. De verdad que estamos detrás de una solución”, concluyó. Mientras, Vilma Valido, su hija y su marido viven con el problema cada día y cada noche.