altsasu - La torre de Basaluze, el castillo como es conocido en Altsasu, luce renovada después de la restauración realizada estos últimos meses, a cargo del departamento de Cultura, Deporte y Juventud, que entregó la semana pasadas las llaves de este inmueble al Ayuntamiento de Altsasu, propietario de esta antigua estación de telegrafía óptica de la línea Madrid a Irún. "Después de Navidad nos reuniremos con el Gobierno de Navarra para firmar un convenio para su gestión", adelanta el alcalde, Javier Ollo. Al respecto, señala que el Ayuntamiento tiene trambién previsto reunirse con el club de montaña Altsasuko Mendigoizaleak para estudiar posibles usos, dado que se encuentra a 675 metros de altitud y los accesos no son fáciles. "En principio hay pocas alternativas, mejorar los accesos y colocar un panel informativo que explique la historia de este inmueble", señala.
Incluida en el Inventario Arqueológico de Navarra, esta torre comenzó a construirse en 1844 y entró en funcionamiento dos años mas tarde con uso exclusivamente militar. Según se cuenta en las publicaciones de la época, el primer telegrama fue emitido el 2 de octubre de 1846, expedido en París a las diez de la mañana y llegó Madrid a las cuatro de la tarde. También se dice que podían transmitir mensajes incluso de noche. Pero su vida fue corta por la instalación del telégrafo eléctrico y se dejó de utilizar en 1855.
En Navarra había otras dos torres de esta línea ideada por el coronel José María Mathé, con 52 estaciones que unían Madrid con la frontera francesa. Otra estaba en Ziordia, a 4.696 metros de la de Basaluze, y una tercera también en Altsasu, a 4.173 metros, en el término de Engara, ambas en ruina.
De toda la red ideada por Mathé, que tenía una extensión nacional, finalmente sólo se construyeron tres líneas. La segunda fue Madrid-La Junquera, que sólo funcionó plenamente a partir de 1849 en el tramo entre Madrid y Valencia a través de 30 torres y la tercera linea, Madrid-Andalucía, con 59 torres, que comenzó a funcionar por tramos hasta su conclusión en febrero de 1853.
La actuación comenzó en verano, adjudicada a la empresa Construcciones Leache, con un presupuesto de 226.179 euros, IVA incluido. Ha consistido en la restauración de la torre, de la que solo se conservaban los muros, conforme a las características originales. De base cuadrada, el cuerpo principal es de 6,35 metros de lado y 6,65 metros de altura. Con huecos en sus plantas y en todas sus caras, tiene una composición neoclásica, propia de la época, con sillería en las esquinas, enmarcado de huecos, fajas a la altura de los forjados de planta y cornisa moldurada en la cubierta, donde se situaba el mecanismo de las señales.