altsasu - Guiados por los cencerreros y con su rey a la cabeza de la comitiva, sus Majestades de Oriente llegaron ayer a la villa después de un largo viaje en el que cruzaron desiertos, mares y montañas. Pero el esfuerzo merecería la pena, con cientos y cientos de personas que les recibieron a lo largo del recorrido.

Monarcas como son, su paso por la villa fue a lo grande, con un gran séquito de carrozas llenas de luces, colores y regalos en una lluvia de caramelos. Lanzaron 300 kilogramos. Y es que tanto los reyes como su séquito no paraban de tirar caramelos para alborozo de niños y niñas, algunos casi profesionales, a la vista de las bolsas que llevaban, cada vez más llenas conforme avanzaba el recorrido.

La Cabalgata arrancó junto al IES Sakana para atravesar las principales calles de Altsasu hasta llegar al portal, donde los Reyes Magos adoraron al niño y le entregaron sus ofrendas. Tampoco quisieron perder su visita a la villa para visitar a los mayores de la residencia Aita Barandiaran y la Clínica Josefina Arregui, aportando alegría y sonrisas. Después del paseo se tomaron un respiro antes de comenzar una larga noche de trabajo para nadie se quedara sin regalos. - N.M.