pamplona/iruña - Verse una vez al año al poco de terminar cada Navidad es el propósito con le que la banda municipal La Pamplonesa y los residentes de la Casa de Misericordia arrancan cada año. Este 2020 lo hicieron ayer, 12 días después de arrancar la última hoja de un calendario y dar vida a uno nuevo. "Nuestro historiador particular nos ha recordado que el de hoy es el primer concierto de nuestro segundo centenario", comenzó su intervención Jesús Garisoain, subdirector, y ayer director de la banda municipal.

Ante una capilla convertida en auditorio que dio cabida a varios cientos de personas, residentes, familiares o visitantes, Garisoain dio ejemplo con su tono alegre y entusiasta de que estos cien primeros años le han sentado de maravilla a La Pamplonesa. "Ahora ya más relajados", comentaba el subdirector sobre cómo afrontan el año tras su centenario, en el que han tenido exigentes actuaciones musicales y llegaron a lanzar el Chupinazo de los pasados Sanfermines.

Garisoain fue el interlocutor de los músicos con el público y el perfecto introductor de cada una de las piezas al respetable. "Gracias por acompañarnos, para nosotros es un placer estar aquí", afirmó Garisoain dando entrada a las tres primeras piezas: El Encierro y Las Pamplonas (S. Cervantes) y Navarra Canta (M. Turrillas).

Tras los tres primeros temas el front man dio paso con gran naturalidad a Adiós a la noche, también de Turrillas. "Son las doce del mediodía, pero ahora os vamos a tocar una diana", bromeó Garisoain. También del maestro de Barásoain fue la quinta pieza ¡Vaya fiestas!, una jota que dio paso a dos marchas, interpretadas por La Pamplonesa ayer por primera vez en un concierto: Aniversario (I. Askunze) y Orbagur 50 (J. Ortega Villar), acompañados por las palmas que avivó Garisoain entre el público del primer y segundo piso.

Karrikiri (C. Lizarazu) fue la siguiente, previo saludo del director al compositor presente en la sala. El concierto se encaminó hacia su recta final con piezas conocidas por el público como Cantos populares (R. Vidal), La boda de Luis Alonso (G. Giménez), La Dominguera (S. Cervantes) y por último, el Vals de Astrain, que fueron poco a poco y entre todas entonando al público con el que el propio Garisoain se lanzó a bailar los últimos compases del vals.

"La música es la forma más fácil de conectar con las personas mayores", recalcó Mariano Pascal, responsable de Participación de la Casa de Misericordia. "Todavía tenemos muchos actos programados pero este es uno de los que mejores recuerdos les trae,", expresó Pascal que ayer se estrenaba a los mandos del acto tras la jubilación de Miguel Ángel Alustiza.

próxima cita Aunque músicos y residentes se citaron en el mismo lugar dentro de un año, quien lo desee podrá ver de nuevo a La Pamplonesa sobre las tablas del Teatro Gayarre el próximo 26 de enero (12 horas) en una sesión bajo el título Molto Rossini, homenaje al compositor italiano nacido en Pesaro en 1792. El repertorio recogerá canciones tan importantes como El barbero de Sevilla, La gazza ladra o Guillermo Tell, entre otros. Estará dirigido por el director J. Vicent Egea. Las entradas cuestan entre 2 y 4 euros y pueden adquirirse en la web del Teatro Gayarre.