- Tras el decreto gubernativo que declaró el estado de alarma, la Policía Municipal puso en marcha un protocolo de protección para los agentes implicados en la atención y traslado de posibles afectados por el COVID-19, que incluía disponer de un espacio específico para la descontaminación de las personas y vehículos utilizados en los servicios. A tal efecto, desde el lunes de la pasada semana permanece habilitada en las dependencias policiales del barrio de San Juan una zona de seguridad biológica siguiendo las pautas marcadas por la organización no gubernamental SAR (Salvamento, Ayuda y Rescate), que en sus 14 años de funcionamiento ha formado parte de los operativos organizados por Naciones Unidas en las catástrofes de Nepal (2015), Pakistán y Haití (2010), Indonesia (2009), Ecuador (2008), Perú (2007) y Filipinas (2006).

La ONG SAR ha puesto a disposición del Ayuntamiento el protocolo de actuación, el equipo humano y el material empleado, incluidos 6 trajes NBQ tipo 3 para los equipos de desinfección, que ofrecen protección completa del cuerpo y vienen equipados con uniones herméticas entre las diferentes partes de la ropa y entre la ropa y otros componentes como guantes, botas, visores o equipos de protección respiratoria.

Además, se han habilitado varios espacios estanco que garantizan la seguridad sanitaria en los distintos pasos a seguir. "En otros países se ha empleado el mismo método, con carpas que se van adaptando según las necesidades y con diferentes usos. Los trajes son impermeables. Lo habitual es emplear trajes del tipo 1, que son desechables, pero se habían agotado. Lo más parecido que recuerdo con lo que tenemos aquí es lo que sucedió en Haití para la recogida de cadáveres, cuando también tuvimos que emplear los trajes NBQ.", comentó Ricardo Rubio, responsable del SAR, tras acabar el proceso de desinfección de un coche patrulla de la Policía Nacional.

La zona de descontaminación está disponible para todas las Fuerzas de Seguridad del Estado y las policías locales. En una semana, han realizado más de 100 operaciones, incluyendo ambulancias y vehículos policiales

Una decena se voluntarios del SAR se encargan de la tarea junto al cabo de Policía Municipal Juan Antonio Castro, que por necesidades del servicio ha cambiado su labor cotidiana como agente comunitario en el barrio de San Jorge por los trajes contra amenazas nucleares, biológicas o químicas. "Por día realizamos unas 30 desinfecciones de personas y vehículos en tres turnos. También realizamos labores de prevención en el resto del parque móvil de Policía Municipal y en algunas dependencias interiores".

El protocolo empieza en el garaje, donde se ha instalado la zona de descontaminación. Tanto los agentes como los vehículos en situación de riesgo son sometidos a un riguroso proceso que incluye la limpieza exterior e interior de los coches con productos desinfectantes, con los que deben permanecer impregnados durante 10 minutos. A continuación se procede al secado de los vehículos, en un proceso que de media supone unos 40 minutos de duración.

Para los policías que han participado en una intervención de riesgo con el uniforme o en ropa de calle, deben en primer lugar desinfectar su calzado en una zona especial. Siguiendo las indicaciones, proceden a continuación a quitarse toda su ropa e introducirla en unas bolsas especiales que no necesiten ser manipuladas para su retirada y el posterior lavado en su propio domicilio, separada del resto de vestimentas.

En el caso de agentes que han intervenido con trajes de protección o para las personas que participan en las tareas de desinfección, también deben descontaminar su calzado. Después son rociados en una especie de bañera con un producto desinfectante, una mezcla de agua y lejía rebajada, permaneciendo con los trajes puestos durante los 10 minutos que establece el protocolo. Pasado ese tiempo, pueden quitarse los trajes, una tarea nada sencilla en el que los ayudantes llegan a emplear hasta 4 pares de guantes para evitar contactos, y terminan con la limpieza de manos y caras con jabón. El procedimiento viene a durar 20 minutos en total, mientras en otra carpa específica se desinfectan los trajes NBQ empleados.

"No son cómodos y dan mucha calor. Si es necesario realizar dos desinfecciones seguidas permanecemos con los trajes puestos, pero tampoco se acumula mucha tarea y lo normal es que nos lo quitemos y cuando llegue otro coches para la limpieza nos lo volvemos a colocar".

Desde el lunes de esta semana, el procedimiento se ha mejorado sustancialmente gracias a la colaboración de la empresa Beroa, que ha aportado un equipo de limpieza con ozono que permite acelerar el proceso y el resultado. "Ellos se han encargado de traer la máquina y de la instalación. El ozono es mejor desinfectante, elimina cualquier bacteria o virus y no necesita retirar el material sensible, lo que en el caso de los vehículos medicalizados ahorra mucho tiempo", comentó Rubio. Esta aportación ha tenido un efecto colateral de tremenda trascendencia en estos críticos días, ya que también ha permitido la desinfección de las mascarillas que utilizan los equipos sanitarios de Pamplona. "El lunes mandamos 30 a la UCI del Complejo Hospitalario y ayer otras 300. Vamos a seguir a este ritmo gracias a la solidaridad de los voluntarios, de iniciativas como la empresa Beroa o el trabajo que está haciendo la Policía Municipal, como el cabo Castro, que empieza a as 6 de la mañana y no termina hasta las 10 de la noche. Ni yo puedo aguantar ese ritmo. Es gratificante ver lo que hace la gente ante una crisis así. Tras los atentados del 11-M se vivió algo parecido.", aseguró emocionado Roberto Rubio.

"La respuesta que se está dando me recuerda a lo que se vivió tras el 11-M"

Responsable de SAR