¿Quién dijo que los Sanfermines empezaban el 6 de julio? Este sábado, las calles de Pamplona desprendían olor a fiesta. Un sábado atípico pero a la vez común, porque como este año toca chupinazo el domingo, la costumbre manda tomar algo y disfrutar de los pinchos por el Casco Viejo. La novillada y el concierto de Los 40 principales que se han celebrado este sábado han atraído a muchas familias, además del buen tiempo, a disfrutar de la calle y del ambiente de sábado. Algunas familias comenzaron desde la hora del vermú, otras se fueron acercando a Estafeta o San Nicolás a media tarde. Mientras tanto, los bares que pensaban que hasta este domingo no tendrían mucho lío, se vieron envueltos en un trajín atípico a un día prechupinazo. Probando la música del bar, las cámaras de refrigeración... y además el bar casi lleno por el buen tiempo y las ganas de fiesta.

David Garayoa, de 21 años y de Pamplona, se juntó con toda la familia para tomar el vermú. Como casi todos los sábados, la familia Garayoa aprovecha este día de la semana para juntarse y pasar tiempo en familia. “Hemos estado hasta las cuatro de la tarde en el Casino Eslava y luego hemos ido a Estafeta para tomar algo antes de la novillada”, señala el joven. “Se nota mucho ambiente sanferminero y la gente tiene ganas de fiesta. Hay mucha gente de fuera pero también de Iruña que han aprovechado el buen tiempo para acercarse a la novillada y al concierto de después”, añade.

Para el primo de David, Miguel Garayoa, fue un día especial. El joven de 31 años llevaba varios años sin poder estar en San Fermín debido a que viven en Alemania y, por trabajo, no ha podido desplazarse a su querida Pamplona. Miguel trabaja en el mundo del motor para un equipo de Fórmula 4 en la ciudad alemana de Kerpen. “Estoy muy ilusionado. Vine ayer de Alemania y me voy el 7 de vuelta a Alemania a trabajar. Quiero disfrutar de los dos primeros días de San Fermín a tope para volverme con buen sabor de boca de vuelta a Alemania”, afirma. “Es bonito porque nos hemos juntado toda la familia, iremos todos juntos a la novillada, llevamos desde la mañana con el vermú... es un día bonito que, aunque no pertenezca a San Fermín puramente, parece que estamos en fiestas”, ríe.

Paula Ruíz, de 24 años y de Pamplona, se acercó como cada sábado, a tomar algo con amigas al Casco Viejo. “Hemos estado en la Estafeta y hay mucha gente. La mayoría con muchas ganas de fiesta, parece un día de San Fermín”, señala la joven. “Hemos visto gente con bolsas llenas de ropa blanca y pañuelicos para las fiestas, aprovechando hasta el último día para hacer las compras”, añade entre risas.

Preparación en los bares

Los bares de la parte vieja de Pamplona tuvieron bastante trajín. Se les juntaron varias cosas. Para este domingo, día de chupinazo, había que dejarlo todo preparado. La música y los altavoces que harían bailar a la gente durante el día y la noche, las cámaras de refrigeración que hay que alimentar para no quedarse sin reservas, los pintxos y bocatas preparados... Pero lo que no contaban los dueños de los bares era que este sábado los pamploneses iban a disfrutar del buen tiempo para mojar sus gargantas y empezar las fiestas un día antes. Con el pañuelico puesto y a mil revoluciones, los camareros no dieron abasto con toda la gente que se acercó. Desde las 12.00 horas, la ciudadanía demostró las ganas de fiesta.

Un sábado que pareció San Fermín y que la gente que se acercó a lo viejo no pudo ocultar sus ganas de fiesta. Un 5 de San Fermín.