- Además de los sanitarios y de los servicios asistenciales, indiscutibles protagonistas de la lucha cuerpo a cuerpo contra el coronavirus, los siguientes en la lista de reconocimiento social son los voluntarios. Iniciativas de toda clase y condición se han puesto en marcha de punta a punta de la Comarca de Pamplona en estas semanas tan críticas gracias a la aportación desinteresada de muchos cientos de personas con ganas de ayudar a los demás cuando la situación lo requería, aportando su tiempo, trabajo, dinero o conocimientos en los momentos de más necesidad, cuando la maquinaria pública no era capaz de suministrar las batas, mascarillas, guantes o protectores faciales que se precisaban en los hospitales o residencias de mayores.

En la Cruz Roja el voluntariado forma parte de su ‘adn’, como lo demuestran los más de 4.000 voluntarios que hay en Navarra, además de las personas asociadas o empresas que colaboran de una u otra forma con la entidad. En Burlada son 256, según explicó Fernando Cafruni González, presidente de la asamblea local, donde se ha registrado un considerable incremento de personas que desde el estallido de la crisis se acercan a la base para apuntarse como voluntarios.

“Por aquí han pasado estos días una veintena de personas, mucho más de lo habitual. El proceso de incorporación no es inmediato. Antes deben pasar un periodo formativo, pero es alentador que pese a las dificultades siempre hay personas que dan un paso al frente para ayudar en lo que se pueda”.

Tras la declaración del estado de alarma y el confinamiento, los servicios de Cruz Roja de Burlada se han modificado para colaborar en el dispositivo asistencial organizado por el Gobierno foral. Cedieron al Complejo Hospitalario de Navarra los 2 respiradores disponibles y el de repuesto y una de las 3 ambulancias de soporte vital básico se entregó al Departamento de Salud para colaborar en los traslados sanitarios relacionados con el Covid-19, manteniendo las otras 2 para el resto de servicios que llevan a cabo diariamente. “Aunque buena parte del foco mediático está centrado en los hospitales, los servicios asistenciales de urgencia han seguido realizando su labor cotidiana con la normalidad que es posible en estas circunstancias tan excepcionales” explicó Cafruni telefónicamente desde la base.

Estaba acompañado por Sergio Gurich, responsable del servicio de Socorro y Emergencias, que se refirió al descenso de los servicios, posiblemente por las reticencias de la población a acudir a los centros de salud y hospitales por el miedo al contagio. Según comentó, si antes del coronavirus llevaban a cabo una media diaria de 12 intervenciones, ahora hacen 6.

“Había llamadas por caídas y accidentes de todo tipo, pero ahora la gente apura al máximo antes de llamar, lo que puede ser peligroso en determinadas circunstancias, como un ictus, y ha pasado en un caso, que informaran tres horas después precisamente por eso, por el miedo a tener que ir a un hospital”.

Como ha sucedido en todos los ámbitos, la falta de equipos de protección y de materiales de seguridad también se dejó notar en los primeros días, pero en la base de Burlada decidieron mandar las 15 mascarillas disponibles a los hospitales donde eran imprescindibles. El posterior envío desde la central nacional de un cargamento con 10 cajas con trajes de protección personal, gafas, mascarillas y guantes ha permitido al voluntariado mantener la operatividad asistencial en las debidas condiciones de seguridad personal, lo que permitió la reapertura del puesto de socorro.

En estos momentos, la principal tarea que realizan tiene que ver con el reparto puerta a puerta de tarjetas prepago sustitutas de las becas comedor, un recurso que puso en marcha el Gobierno de Navarra al inicio de la crisis para garantizar que el alumnado con beca de comedor reciba alimentos hasta que se reanude la actividad escolar.

El reparto de las tarjetas está siendo gestionado a través de las 14 asambleas locales de Cruz Roja con su red de voluntariado, en coordinación con los servicios sociales de base y las unidades de barrio. En su caso tienen 772 destinatarios, residentes en Burlada, Villava, Huarte, Olloqui, Aoiz, Sarriguren, Valle de Egüés, Mutilva, Arre o Gorraiz, a los que previamente hay que contactar para verificar los datos y anunciar la entrega de la tarjeta comedor. Recientemente han recibido el encargo de hacer llegar una de esas tarjetas a Zugarramurdi, donde uno de los beneficiarios está pasando el confinamiento. “Ha sido un trabajo intenso, porque hemos tenido que comprobar un listado con los domicilios implicados, identificar a una personal adulta de contacto en cada caso y concretar un día de entrega”, comentó el presidente de la asamblea burladesa.

Cuatro equipos de 2 personas se han encargando de esta tarea, que en Burlada y Villava ha podido hacerse a pie, pero que en el resto de localidades asignadas ha requerido el empleo de vehículos, contando con la ayuda adicional del equipo de montaña motorizado de Cruz Roja Navarra. “Como siempre, al inicio de cada turno, el voluntariado realiza revisión completa y ahora especialmente también limpieza y desinfección de los recursos asistenciales. La entrega de las tarjetas la hacemos con el equipamiento de protección y puerta a puerta, sin que nadie tenga que moverse de casa y todos cumplamos con las medidas de prevención y aislamiento”. Los últimos datos facilitados el viernes por la tarde indicaban que la mayoría de las tarjetas ya habían sido entregadas.

“Las asistencias siguen realizándose con la normalidad que es posible”

Presidente asamblea local