- Tras treinta y cinco días confinados con los residentes, los quince componentes de la plantilla de la residencia San Jerónimo de Estella-Lizarra abandonaron las instalaciones ayer a las 21.30 horas. Cargados de maletas y bolsos la estampa parecía la de un grupo que regresa de vacaciones. Las últimas horas fueron intensas tras la fiesta de despedida con la entonación en el porche de su ya tradicional Resistiré, la cena, el baile, la cena y la tarea de acostar a los 70 residentes.

"Salimos contentos; satisfechos de haber cumplido nuestro objetivo", explicaba ayer su director David Cabrero tras otra dura jornada que reflejaba en su voz la emoción y el cansancio acumulado. "Tenemos sensaciones encontradas. Por un lado nos vamos con la sensación de l deber cumplido y nos de pena la salida", añadió. El director afirmaba que desde que habían decidido la salida también comenzaba a pesar mucho la ganas de estar con la familia "hasta ahora hemos ido tirando con la fuerza que recibíamos de fuera y de dentro, pero ahora ya tenemos ganas de juntarnos con los nuestros". Desde ayer el día a día contará con una nueva organización. La residencia propiamente quedará sectorizada en dos grupos. Y también un tercero para los residentes en las 10 viviendas unifamiliares "vinculadas a la residencia". Con todo, la plantilla seguirá a partir de hoy con su trabajo pero acudiendo desde sus propias casas. "Excepto yo que voy a cogerme una semana de descanso, el resto de la gente ha preferido continuar y reservar sus vacaciones para más adelantes", subraya. A partir de ahora se tomarán las medidas preventivas que hasta ahora no habían hecho falta "como por ejemplo que el personal vayamos con mascarillas", dijo Cabrero antes de salir en coche de la residencia.