ay muchas maneras de emprender, casi tantas como emprendedores, pero normalmente los motivos para hacerlo se reducen a tres cuestiones. Y es que hay quien emprende porque ha visto una oportunidad, un hueco o una alternativa comercial; por vocación, porque ha sentido la llamada; o por necesidad. "Nuestros emprendedores son de este tercer grupo, en nuestro caso ese es el perfil. Y el reto es hacer que esa necesidad termine transformándose en oportunidad para ellos", explica Maider Escalada, técnica de emprendimiento en Navarra y Euskadi en Acción contra el Hambre.

Hace cuatro años que la entidad benéfica lanzó el programa Vives emprende con el objetivo de guiar y asesorar en el camino a todas las personas que, en una situación vulnerable, han decidido crear un proyecto y luchar para que salga adelante. Han atendido a lo largo de sus diferentes ediciones a 416 personas en Navarra, donde se han creado mediante esta iniciativa 37 negocios. Este año de momento hay 33 personas apuntadas aunque esperan llegar a las más de 60 en una edición que ha comenzado marcada por la pandemia, y es que todos esos negocios que estaban a punto de surgir han tenido que posponer sus planes. Detenerse, repensar y reinventarse en tiempos de crisis para poder salir a flote.

Es el caso Romelina Valdez, de 42 años y natural de la República Dominicana, que abrió hace casi un año un bar en el Soto Lezkairu. Tiene ahora la persiana bajada pero ha estado buscando nuevas oportunidades, poniéndose en contacto con personal de la construcción que habitualmente acudía a almorzar a su local y les ha ofrecido llevarles los almuerzos a la obra. También quiere ofrecer al cuartel de la Policía Foral y de la Nacional -ubicados cerca del bar- la posibilidad de llevarles algo de comida. "Empezaremos el día 11. Tenía que hacer algo porque las facturas siguen llegando y esta situación es malísima. Estaba muy contenta como emprendedora, ahora esto me ha trastocado pero tengo ánimo para empezar. Estamos preparados", asegura, sin perder la sonrisa.

Dice que es una persona muy positiva y agradece muchísimo la labor de Acción contra el hambre: "Me han tratado estupendamente y me han ayudado muchísimo, me han asesorado en lo que he necesitado y gracias a ellos he encontrado una buena ubicación para el local. Es un bar de barrio, la gente ya nos conoce y nos pregunta cuando vamos a abrir. Hay muchas ganas", confiesa. Lleva en Pamplona desde 2007 y siempre ha trabajado en hostelería, un sector del que, dice, ha podido ir aprendiendo mucho día a día. "Siempre me he planteado cómo podría hacerlo yo, no para hacerme rica, ni mucho menos, sino para sobrevivir. Era lo que quería y aquí estoy, me siento satisfecha conmigo misma".

Hace 22 años que Jessica De Oyague, peruana de 49 años, abrió una pequeña tienda en la calle Tejería del Casco Viejo de Pamplona. Y a lo largo de todo este tiempo se ha reinventado hasta tres veces: fue primero un locutorio, después tienda de chucherías y ahora ha añadido la alimentación. El siguiente paso que iba a dar, interrumpido de momento por la crisis aunque sólo momentáneamente, es el del producto saludable. Estos días abre para atender a los vecinos, y asegura que el parón le ha servido para pensar, aunque también ha tenido mucho trabajo.

"El tentempié, un bollo, no tiene que estar reñido con lo saludable. Quiero reinventar mi negocio para llegar a más gente", dice, y asegura que confinamiento "ha sido vital porque he podido mantener el negocio abierto y sentir lo importante que es poder dar productos de primera necesidad. También he repartido a domicilio, he estado más horas para llegar a los vecinos, y ellos están agradecidos". Ve en esta crisis una oportunidad y valora que "está siendo una buena experiencia porque he podido interactuar más con los vecinos, nos preguntábamos, he sabido cómo están. Hemos saltado el puente para pasar de ser cordiales a más humanos y eso es importante".

De Oyague sabe de reinvención y también de esfuerzo, porque además de mantener su propio negocio, el mes pasado se graduó en Psicología en la UNED y también trabaja en mensajería de administración. "Hay que aprender de todo. Los comerciantes estamos asustados con esta crisis pero es una oportunidad para darle un plus al producto", señala. Precisamente en ese intento de volver a transformar su negocio decidió apuntarse a Gastro Innova, otra iniciativa enmarcada en Vives Emprende a cargo de Acción contra el Hambre, centrada en este caso en la gastronomía y la cocina. Comprende una fase de 50 horas de formación a todos los niveles, con la participación de importantes chefs de Pamplona, y una segunda fase para la elaboración y venta de productos.

"Iba a comenzar el 16 de marzo en el Centro Comunitario de la Milagrosa, que nos cedía el Ayuntamiento, pero con la cuarentena y la crisis no queda más remedio que celebrarla online. Empezaremos el próximo 13 de mayo", avanza Escalada. Han facilitado material a los participantes para que puedan adaptarse a esta nueva realidad, donando tablets y permitiendo en casos en los que era necesario la conexión a internet, ya que se trata de personas que disponen de pocos recursos. "Pasarán a la segunda fase 15 personas y esperamos que para entonces la situación sanitaria lo permita y podamos hacer catas y demostraciones en el Mercado de Santo Domingo, como teníamos pensado".

Después de esta crisis, explica Escalada, "vamos a tener más trabajo, estoy segura. Trabajamos con personas extranjeras pero también de aquí, y va a haber mucha gente que haya perdido sus negocios, se haya quedado en paro o tenga que recurrir a ayuda para seguir hacia adelante -explica-. Pero seguiremos con la misma dedicación, o más, lo importante es superar todos esos retos", afirma animada.

"Me ha servido para interactuar más con los vecinos, es una oportunidad"

Emprendedora

"La crisis me ha trastocado pero tengo ánimos para empezar"

Técnica de Emprendimiento

"Emprenden por necesidad, el reto es que sea también una oportunidad"

Emprendedora