- Las personas asalariadas del sector privado son las que más están padeciendo las consecuencias del coronavirus en términos laborales. Son un 70 % de quienes han perdido el empleo y un 79% de los que han sufrido un ERTE, aunque también son las que en mayor medida continúan trabajando, un 47,3% de las personas que siguen en activo.

La crisis sanitaria ha afectado laboralmente al 35% de las personas que se estaban trabajando antes de la alarma el pasado 14 de marzo. Un tercio de la población ha perdido su empleo, se encuentra en un ERTE o ha visto suspendida su actividad laboral.

Estos datos se derivan de una encuesta encargada por el Ayuntamiento de Pamplona a la empresa CIES. Las personas que siguen trabajando lo hacen, en un 53% de los casos, mediante el teletrabajo (el 48% en la empresa privada y el 37% en la pública). Las personas autónomas que continúan trabajando lo hacen de forma más presencial.

Los más castigados, teniendo en cuenta a quienes han perdido el empleo, son Azpilagaña, con un 21%; Mendebaldea, con un 11%; y Casco Antiguo, con un 7%. Si ampliamos a quienes han sufrido algún efecto sobre su trabajo (pérdida de empleo, ERTE o suspensión de actividades), el barrio con mayor impacto laboral es Erripagaña- Beloso-Bidezar, con una afección al 63% de las personas que se encontraban trabajando, seguido de San Jorge y Txantrea con un 53%. La pérdida de empleo está afectando prácticamente igual a hombres y mujeres. La aplicación de ERTE y la suspensión de actividades, por su parte, afecta más a hombres que a mujeres. Un 71% de las mujeres continúa trabajando en su mismo puesto, por un 56% de los hombres. Esta cuestión puede estar relacionada con el hecho de que hay más mujeres que trabajan por cuenta ajena, en el sector público o el privado, mientras que hay un mayor porcentaje de hombres autónomos o empresarios con trabajadores a cargo.

A pesar de las incertidumbres y de las consecuencias que se puedan derivar del momento actual, un 82% de las personas que residen en Pamplona se siente satisfecha o muy satisfecha con la vida que lleva en el momento actual, cifra 10 puntos inferior a una encuesta similar realizada en noviembre de 2018. También desciende dos puntos respecto a los datos de 2018, del 82% al 80%, la satisfacción por la situación financiera familiar y 7 puntos, del 92% al 85%, la satisfacción por la situación personal. Además, un 62% cree que su situación económica personal es buena y solo un 1,6% la califica como muy mala.

De forma mayoritaria, la ciudadanía cree que las consecuencias económicas y laborales de la crisis sanitaria van a ser especialmente graves: un 69% muy graves y un 28% algo graves. Las personas en situación de desempleo son las que en mayor medida piensan en las consecuencias graves, mientras que quien menos lo hacen son las que se dedican a las labores del hogar. Las personas jóvenes son las que en menor medida perciben consecuencias muy graves (56%) mientras que la franja de edad entre los 45 y 64 años es la que en mayor medida creen en los efectos muy graves (un 80%). Sobre la situación económica personal, un 4% la considera muy buena, un 62% buena, un 25% regular, un 7% mala y un 1,6% la califica como muy mala.

La encuesta recoge una perspectiva positiva, con una mejor evolución a un año visto para ámbitos muy perjudicados por esta crisis como sanidad, educación o atención a las personas mayores. Un 76% considera que dentro de un año la situación de la sanidad será buena, un 67% que será buena la de la educación y otro 67% muestra una buena perspectiva sobre la atención a las personas mayores.

Sobre la situación económica de la ciudad en términos generales, un 54% piensa que la situación en un año será regular, mientras que el 20% considera que será entre mala y muy mala. Entre aquellas personas en activo hasta el inicio de esta crisis, los autónomos son quienes peor ven ese futuro: un 9% que percibe que su situación será mala a un año vista. Este colectivo presenta también la tasa más alta de no respuesta a esa pregunta, lo que se puede interpretar como un grado de incertidumbre mayor sobre su economía personal en el futuro más cercano.

625 personas. La encuesta se realizó entre el 22 y el 27 de abril, tiempo durante el que el Estado de Alarma continuaba en vigor y cuando la población objeto de estudio llevaba entre 40 y 44 días confinada. El universo de la muestra está integrado por 625 personas residentes en Pamplona, con 16 años o más, estratificada por barrios y con cuotas de sexo y edad. La encuesta tiene un nivel de confianza del 95,5% con un límite de error de +/- 4%.

Pobreza y desigualdad. Son los dos temas que más preocupan a las personas encuestadas: un 45% cree que son los aspectos que en peor situación se van a encontrar en el plazo de un año.