s una pena no poder tocarlas como antes. Ni olerlas. Pero no queda otra que coger las cerezas con guantes y mascarilla, aunque es cierto que los productores tienen ya tanto cuajo que saben con sólo un vistazo cómo viene este año la cosecha. Y dicen que, por lo general, bien. Quizás "un poco justa", pero las lluvias de estos días no han mermado el producto y como el confinamiento se ha relajado justo al comienzo de la temporada, todo parece mantenerse en orden. Al menos de momento, porque aquí ya saben que la vista hay que tenerla siempre puesta en el cielo€ Y que no granice.

En la Cooperativa Orvalaiz se ha eliminado la venta al público para evitar las aglomeraciones, aunque continúan con sus proveedores, y a pesar de que este año el valle de Etxauri se ha quedado sin feria de la cereza, no hay que lamentar pérdidas . "Ya se celebrará el año que viene, lo importante es mantener la seguridad y que el producto siga llegando a las casas. Al fin y al cabo lo mejor que tiene esta cereza, uno de los secretos de su calidad, es que en 24 horas está en la mesa del que la come", valora Andrés Barnó, gerente de la cooperativa.

Cuentan con 1.300 socios que se dedican al cereal y unos 80 a la cereza del valle de Etxauri. Los productores que acuden ahora a estas instalaciones de Ororbia tienen que ir equipados con guantes y mascarilla y no pueden bajarse del vehículo para descargar las cajas que traen llenas. Otros trabajadores lo hacen, en una labor que antes implicaba a todos, porque quien más o quien menos echaba una mano. La mayoría de los socios de la cooperativa son familias que trabajan la tierra, aunque pocos viven únicamente de ello.

"El mayor cambio durante el estado de alarma ha sido que hemos tenido que seguir el protocolo e incrementar las medidas de higiene y seguridad. Los agricultores tienen que cumplir la distancia de seguridad entre ellos mientras recogen, y tienen que contar con guantes y mascarilla. Cuando llegan aquí no se bajan del vehículo y es el personal de la cooperativa el que descarga las cajas", explica Barnó. La venta al público diaria que ya no pueden hacer suponía hasta un 15% del total de ventas pero la cereza seguirá estando, y eso es lo importante.

"Acabamos de empezar a recoger y los clientes están respondiendo muy bien, estamos contentos. La temporada comenzó el 9 de mayo y durará hasta el 30 de junio. Este año viene una cosecha justa, igual no tanta como en años anteriores", avanza, mientras explica que si su media anual de ventas ronda los 200.000 kilos, este año serán unos 170.000, "aunque depende mucho del tiempo. Por el clima, en la cereza es importante que liguen bien las flores; este año no lo han hecho, sobre todo la cereza temprana".

Asume que va a ser un año complicado, "pero como para todo el mundo, aunque si la cereza viene buena y de calidad, se demanda y se consume", explica, mientras destaca el valor de un producto local que cuenta con su sello de identidad, porque las cerezas de Etxauri tienen su propia denominación de origen en una zona perfecta para su producción por sus condiciones climatológicas y de la tierra. Eso ya lo sabe quien la consume, y es que por mucho que el coronavirus siga presente, lo bueno (y lo local) no hay que perderlo.

"La venta al público se ha eliminado pero el fruto seguirá estando"

Gerente Cooperativa Orvalaiz

"Lo mejor de esta cereza, su calidad, es que en menos de 24 horas está en la mesa del consumidor"