- Marcelina Urra cumplió sus 109 años el pasado martes dos de junio. Lo hizo confinada en su casa de Baquedano, eso sí, acompañada de su hija Lucía Andueza y su yerno Luis Azpilicueta. Un día extraño para ella que nació en 1911 en la vecina localidad amescoana de Artaza, porque no recibió las habituales visitas de sus familiares. "No entendía que no fuéramos a verla, de que no pudiéramos entrar en su casa o de que no fuéramos a darle un beso como siempre hicimos otros años", comentó Cristina Sobrino, una de sus once nietas con las que cuenta Marcelina.

Una situación diferente la experimentada este año y que Marcelin a no había vivido durante ninguno de sus 109 años de existencia. La costumbre de los últimos años era que toda la familia acudieran a celebrarlo a Baquedano. Comían todos los familiares reunidos en el bar del pueblo. Marcelina ha perdido mucha vista pero mantiene intacta su memoria. Recuerda perfectamente el día de su boda con José Andueza con el que tuvo seis hijos y del que se quedó viuda ya en 1965, cuando apenas contaba con 53 años. Y también tiene presentes a todos los hijos e hijas, "recuerda mucho a los dos que ya han fallecido". Otra de las facultades que mantiene en perfecto estado esta centenaria es que también reconoce a cada uno de su once nietos y a todos y cada uno de los 15 biznietos. También recuerda con mucha intensidad a todas sus "amigas que ya fallecieron al igual que todas las fechas importantes en su vida".

Pero lo que Marcelina no ha terminado de entender en toda esta temporada, es lo de quedarse aislada por el confinamiento y mucho menos el día de su cumpleaños. La familia asegura que llevaba muy mal el tema de las mascarillas "pero al final lo asimila todo". Los problemas de vista de Marcelina hacen que lo primero que haga sea preguntar quién es la persona para reconocerla por la voz, pero luego "cuando te ha reconocido te pregunta por todos los de tu familia, o sea, que se acuerda y nos tiene presentes a todos".

El 109 cumpleaños de Marcelina coincidió con las medidas por el estado de alarma como consecuencia de la epidemia del coronavirus de la que se ha vivido ajena en su retiro en su vivienda de Baquedano. Una de lasgrandes abuelas de Navarra aguarda a que el año que viene lo pueda celebrar con besos, abrazos y sin mascarillas.

"Se acuerda mucho sobre todo de sus hijos que ya han fallecido"

Nieta de Marcelina Urra