- El alcalde de Roncesvalles/Orreaga, Luis Etxeberria, aguarda en el monumento a Roldán, que rememora la vieja Batalla de Orreaga-Roncesvalles que tuvo lugar en el 778.

¿Qué supone ser una de las puertas de entrada a la península ibérica para el resto de Europa?

-Muchísimo, es algo único. Eso sí, cuando era crío, pensaba que los peregrinos eran unos paseantes cualquiera. No tenía ni idea de la importancia del Camino de Santiago.

¿Y en el campo económico?

-Es vital para Roncesvalles. Supone dinero para la colegiata, para mantener el pueblo y para el resto de pueblos la zona. Este año el impacto económico ha sido mucho menor por la pandemia de la covid-19, pero ser una de las puertas de entrada a la península ibérica nos da 80 puestos de trabajo en un pueblo en el que vivimos ocho y hay 20 personas empadronadas.

¿Cómo ha afectado la pandemia al pueblo?

-No ha venido nadie. Ha estado completamente parado y no había ni peregrinos, ni turistas. Esos meses me han recordado a los inviernos de hace cincuenta años.

Habrá sido difícil.

-Ni te lo imaginas. Hemos perdido toda la Semana Santa y los meses de mayo y junio, que es época fuerte de peregrinos. No solo ha afectado al pueblo, sino a todo aquel que vive del Camino de Santiago.

¿Están afectando los recientes rebrotes?

-Por ahora los rebrotes no están asustando ni a los peregrinos ni a los turistas. Es más, creo que hay más gente de la que esperaba. Pensaba que la llegada de turistas y peregrinos iba a ser más lenta, pero es que la gente necesita salir y oxigenarse. Eso sí, nada que ver con el volumen de gente del año pasado.

En un verano difícil como este, ¿ayuda que en Roncesvalles vaya a ser Año Santo Jubilar?

-No lo sabemos, la verdad. Hay muchos actos civiles y religiosos organizados, pero la gente tiene mucho miedo. Además, igual pasado mañana las autoridades te dicen que todas esas actividades no se pueden hacer. Por ejemplo, hoy había una cena y se ha suspendido ante el riesgo de contagio.

"Cuando era pequeño, veía a los peregrinos pasar y pensaba

que eran unos paseantes cualquiera"

"Pensábamos que la llegada de turistas iba a ser mucho más lenta, pero la gente necesita salir y oxigenarse"