l calor, protagonista estos últimos días en Iruña, ha hecho que las piscinas se vuelvan a llenar multitudinariamente como alivio a las altas temperaturas. Parece que el miedo a estos espacios, a los que también ha afectado el coronavirus, va disminuyendo. José Javier Alberca, gerente de la SCDR Anaitasuna, señalaba ayer que, aunque al principio los socios se resistían a acudir al club como otros años, esta semana todo ha vuelto a una relativa normalidad: “El jueves tuvimos 900 personas al mismo tiempo en la hora punta”. Respecto al perfil de socios que acuden a las piscinas, Alberca admite que los grupos mayores de 60 o 65 tardaron bastante en acudir a las piscinas, pero ahora ya se está recuperando las cifras de aforo habituales. Desde la sociedad han implantado unas medidas de reserva pero solo para las que son de uso deportivo.

Para el uso lúdico de la piscina no hace falta reservar, sino que cuando se cumple el aforo en el vaso, el vigilante lo cierra. “En ese momento dejamos que los socios que están dentro permanezcan 10 minutos más y, después, salgan para dejar paso a los que esperan”, subraya. Mientras, los que quieren bañarse hacen fila manteniendo las distancias de seguridad, aunque sin mascarilla, ya que van a entrar al agua. Pero, subraya, todo el mundo entiende las medidas, las respeta y las cumple, lo que hace que la piscina haya podido adaptarse a la nueva normalidad.

También en Burlada las piscinas municipales han recuperado el pulso del verano con la subida del mercurio. En este momento cuentan con un aforo máximo de 2.000 abonados más 200 entrada. Según datos aportados por el concejal de Deportes Ander Carrascón, el lunes el número de reservas fue de 1.666, 1.012 el martes, 1.462 el miércoles, 1.631 el jueves y ayer la cifra a media tarde era de 1.200. “Hay menor afluencia que otros años pero hablando con otros ayuntamientos observamos que es una tendencia común”, remarcó. Ya no hay dos tandas de acceso y se puede comer en las piscinas si bien los asadores continúan cerrados. También la piscina recreativa está abierta pero sin toboganes. Desde el Ayuntamiento de Burlada se sigue insistiendo en la necesita de utilizar mascarilla, mantener la distancia social y el cumplimiento de la normativa que, en general, se “respeta”.