- El pan de Iosu Ortigosa puede durar hasta "cinco días", dice, "eso sí, si aguantas sin comértelo". No le falta razón. Ayer no daba abasto en un mostrador repleto de un buen puñado de panes y pastas que le duraron más bien poco. Y eso que el día estaba triste, el tiempo no acompañó, y a la V Feria Ecológica Navarra le costó arrancar. Pero aseguraba él, como algún otro productor, que no estaba siendo una mala jornada. "Es raro, porque esta cita sirve siempre de punto de encuentro, es un espacio de interconexión no sólo entre los consumidores y productores sino también entre la gente, con la que conversas, compartes opiniones y te preguntan. Este año, entre la mascarilla y la separación, un recorrido marcado y el aforo limitado, está siendo diferente. Hay una parte relacional que se pierde pero lo importante es que eventos como este se sigan celebrando", valoraba.

La de Ortigosa, nacido en Iruña y vecino de Lakabe desde hace once años, es una panadería ecológica pionera en Navarra, pues fue de las primeras -si no la primera- en poner a la venta un producto cada vez más demandado, que como todo lo local y de kilómetro cero cuenta cada vez con más adeptos. De eso dieron fe los visitantes que ayer se dejaron caer por la antigua estación de autobuses para curiosear, comprar o aprender de todo lo que brinda tierra. Aceites, mermeladas, caramelos, miel, pan y pastas, vinos, hortalizas, huevos, embutidos, vinagre, café, conservas, frutas, verduras... De todo, sin excepción, repartido en 32 stands con productos y alimentos ecológicos, sobre todo de Navarra pero también de otras Comunidades Autónomas. Aquí, cabe señalar que Lakabe, enclavado en el valle de Arce-Artzibar, tiene algo especial. Quedó deshabitado en la década de los sesenta y fue okupado en 1980 por un grupo de jóvenes que, con un objetivo y una conciencia claras, pusieron en común sus sueños para construir un espacio comunitario. Una alternativa transformadora que les llevó, entre otras cosas, a elaborar su propio pan para comerlo en casa, de manera artesanal, con levadura madre e ingredientes locales.

"En los últimos diez años han nacido en Navarra más panaderías ecológicas, por lo menos cinco o seis y bastante jóvenes, y es algo que revela que la demanda se ha incrementado mucho. No hay competencia como tal porque no ha supuesto que haya menos consumo para nosotros: la gente sigue comprando este tipo de pan, y cada vez más". Ellos suplieron un mercado que antes no existía en Pamplona y asegura que los beneficios son muchos: "Es un producto que no lleva residuos químicos, se cultiva en el propio territorio y, además, es más fácil para la digestión", señalaba Ortigosa.

Al de semillas de amapola se suman el bizcocho con nueces, las medias noches de chocolate como novedad y los palitos crujientes con pipas. Hubo quienes se los llevaron y volvieron para repetir.

Él ha participado en las cinco ediciones de una feria que ha congregado desde el viernes a decenas de visitantes, aunque reconocía que este año se ha llevado algo menos de género (200 kilos frente a los 300 de citas pasadas) debido a la reducción de aforo. "Ahora nos ha tocado vivirlo con una atención más individualizada, las personas se cortan un poco más a la hora de preguntar y la gente no sabe muy bien si puede acercarse o tocar, pero es importante que siga habiendo un mercado ecológico en Iruña", reconocía Ortigosa.

Y es que la V Feria Navarra Ecológica, que se programó para abril pero tuvo que retrasarse, se ha convertido en un evento consolidado tanto para productores como para consumidores, como espacio de encuentro y fomento de la producción ecológica local. Ayer contó, además, con un taller de pintura con plantas, un teatro con personajes del campo y el taller Crea, juega y recicla, dirigido a los más txikis. "Es la primera vez que vengo pero me animé a probar, me parece una cita muy necesaria. Y productos como la miel, más si es ecológica, forman parte de un mercado al alza", reconocía Lander Arrayabe, de Miel Erlan. A su lado, José Miguel Induráin vendía productos de comercio justo: "Nunca se sabe, pero tenemos que ir volviendo a la normalidad con pequeñas cosas".