Asun Segura lleva 33 años con su frutería en Ansoáin, en la que le ayuda ahora su hijo, Javi Ogalla, la siguiente generación. Reconoce que ha sido un año duro "para todos, aunque hay comercios que lo están pasando peor que otros". Las iniciativas municipales son buenas, reconoce, "aunque a veces resulta difícil acceder a ellas por la necesidad de cumplir muchos requisitos o el tener que hacer frente a trabas burocráticas". Ha notado que los vecinos y vecinas han recibido los bonos "con gusto", aunque a su negocio acudan clientes habituales, "los de siempre. A los que no se han enterado les hemos explicado cómo funciona y están muy agradecidos", dice.

Quiere que este tipo de campañas "ayuden a la gente de Ansoáin a reconocer el comercio de Ansoáin. Si no existiera, si estuviera todo cerrado, no tendríamos pueblo. Hay que valorar el tener una tienda a cinco minutos de casa, sin tener que coger villavesa ni coche para comprar cualquier cosa".

Y es que, reconoce, "este año está siendo complicado para todos pero ahí teníamos que estar". Agradece que gracias a este tipo de iniciativas ha conocido a otros comerciantes, ha servido para ponerse en contacto y "hacer piña", para conocer otras realidades y comenzar a tejer un trabajo en común que sirva para hacer más fuerte al sector.