ikel López y Sonia Zelaia son dos de los diez técnicos de emergencias sanitarias que trabajan en la base de ambulancias de Sangüesa junto a Iosu Irigoien, Maxi Mayayo, Mikel Ucar, Pedro Eseverri, Alfredo Zelaia, José Vera, Carlos Fadrique y Jon Karlos Etxeberria.

Trabajan para la empresa SSGA concertada por el Gobierno de Navarra, con base también en Isaba (Valle de Roncal) y Ezcároz (Salazar), con diez técnicos y una ambulancia de urgencias en cada base. Se reparten las guardias en parejas y hacen turnos de 24 horas en su labor alterna de conductores y auxiliares técnicos sanitarios.

Aseguran que "es raro es el día que no tengamos una llamada y una salida. Abarcamos una zona muy extensa, diseminada y envejecida y los avisos de domicilio son constantes", refiere Mikel López. En su área de acción, cuentan además, con tres residencias de la tercera edad, en Sangüesa, Cáseda y Lumbier, más tres comunidades de retiro , dos de monjas( Artieda y Javier) y una de Padres Capuchinos (Sangüesa).

Llegan hasta Petilla de Aragón, Sos del Rey Católico, los dos Urraúles y Lerga." Las ambulancias de urgencias no tienen demarcación", puntualiza Iosu Irigoien.Y es que les pueden movilizar en cualquier momento por proximidad a la muga con Aragón .

SOS Navarra (112) es el centro coordinador de las ambulancias rurales de urgencias. El médico de atención primaria valora que vaya medicalizada hacia el hospital en función de cada caso. " A veces partimos así y en el camino hacemos traspaso del paciente a otra ambulancia que sale al encuentro. No se pude ausentar el médico tanto tiempo de su zona. Tenemos que tener en cuenta la distancia que nos separa del hospital", puntualizan ambos. Es una dificultad añadida a su tarea.

TERRENO HOSTIL Las nieves de estos días no han sido extraordinarias para este equipo. "Para nosotros han sido como todos los inviernos en los que tenemos que extremar las precauciones . Si algo aprendes con los años es que nunca hay que pecar de confianza, por mucha experiencia que tengas. A veces, vamos pensando en atender, y no vemos el peligro", subraya Mikel, que lleva 22 en el puesto. Añade que, aunque van equipados con ruedas de nieve, las ambulancias son "torpes", como camionetas grandes y hay que conocer cómo se comportan y estar alerta. Por muy urgente que sea la llamada, intempestiva la hora y larga la distancia, sostienen que siempre salen con la mentalidad de llegar.

"Por muy grave que sea la situación, no puedes correr. Somos un vehículo de urgencias y no podemos tener un accidente. Nosotros tenemos que llegar", insisten.

Conducir con mucho tacto es otra de los factores que tienen en cuenta por puertos de carreteras estrechas y curvas. "El movimiento es inevitable. Puedes pisarle un poco cuando acudes al domicilio después de la llamada, pero una vez que coges al paciente, esto cambia", afirman. La climatología es otra cuestión que afecta a su trabajo, la lluvia y el frío.

SE GUÍAN CON GPS Lo peor es la desubicación cuando tienen que acudir a casetas de huertas o al campo. En los pueblos se encuentran calles angostas que no les permiten acceder hasta la puerta de la casa. "Entonces, acercamos la ambulancia lo máximo posible y el resto lo hacemos tirando de camilla por la calle. "Es un momento crucial e intentamos ser discretos por la intimidad del paciente."

Esta profesión da para muchas historias, alguna con huellas duraderas, en dos décadas como en el caso de Sonia. El título les reconoce como personal sanitario con múltiples competencias. Es una elección consciente y vocacional. El 90% somos vocacionales, nos gusta lo que hacemos". afirma Iosu Irigoien. En las ambulancias de soporte vital básico hay que estar preparados física y psicológicamente. "Hay que desconectar entre casos, algunos penosos, descansar, ir con los cinco sentidos , y ahora con la covid, más El contacto se ha vuelto delicado", refieren.