Chantal Maia, saratarra de nacimiento, lleva 9 años viviendo en Lesaka, tantos como años trabajando como profesora en la ikastola Olhain de su localidad natal. Se desplaza a diario (excepto los miércoles, que no tiene clase, aunque a tienen reuniones o cursos de formación) en “un desplazamiento que supone unos 25 minutos de carretera por el alto de Lizuniaga y que ahora está cerrado, lo que hace que tenga que coger la carretera que pasa por el alto de Ibardin, y hacer un rodeo por Urruña, Azkain o Senpere, hasta llegar en unos 50 minutos al mismo destino. El doble, casi una hora más en la carretera a diario en el viaje de ida y vuelta”. Además del tiempo o la gasolina extra, esto le supone a Chantal Maia lo que ella denomina “daños colaterales que no se tienen en cuenta en los despachos ministeriales”, ya que tiene que organizar junto a su pareja la agenda de sus dos hijas, una que estudia en la ikastola Tantirumairu de Lesaka, “que tendría que dejar a las 8.00 horas en la ikastola, no la puedo dejar antes, pero yo tengo que estar en Sara a las 8.35, por Ibardin no llego, por lo que mi pareja ha tenido que cambiar su horario laboral para llevar a la mayor a clase”. Y la otra pequeña aún, que suele llevar consigo a un aula de preescolar en Sara. Y es que además, desde hace unas semanas, por el cierre perimetral de Navarra, tan sólo puede pasar la muga a Lapurdi por motivos laborales, “no puedo visitar a mis padres a Sara, ni ellos pueden venir a ver a sus nietas a Lesaka”.

Maia no le encuentra ninguna lógica al cierre de la carretera de Lizuniaga, “que está en mucho mejor estado que la de Ibardin, desde luego no se explica por los motivos terroristas que alegan. Y casualmente, en toda Navarra sólo permanecen abiertas las carreteras que llevan a centros comerciales, como Ibardin, Dantxarinea o Luzaide… cada cual puede sacar sus conclusiones”.

El gobierno francés afirma que esta decisión ha sido consensuada con el Gobierno de Navarra. El pasado sábado se realizó una concentración en Lizuniaga pidiendo la apertura de las mugas y el próximo domingo a mediodía, se repetirá en Lizarieta, entre Etxalar y Sara. Chantal Maia espera que “en breve, en las próximas semanas, tengamos un permiso laboral que nos permita acudir a nuestros puestos de trabajo pasando por Lizuniaga. Creo que eso es factible, no tendría problema en abrir el maletero cada vez”. Mientras, continuará llevando la carpeta con todos los permisos que ha necesitado para pasar la muga durante el último año.