- Más de 200 personas se reunieron ayer en Ilurdotz, valle de Esteribar, en la quinta y última de las marchas montañeras organizadas por la coordinadora Haize Berriak para poner en valor las zonas afectadas por los macroproyectos eólicos de Sacyr Concesiones SLU. La empresa pretende instalar 56 aerogeneradores de 195 metros de altura en los valles de Esteribar, Erro, Anué, Ezcabarte, Odieta, Egüés, Juslapeña, Lizoáin y Olaibar.

La jornada comenzó en Ilurdotz al ritmo de la música de la txalaparta mientras los txikis de la localidad entregaban el testigo al vecino de Esteribar que va a correr los 165 kilómetros de la ultrakorrika, programada para el fin de semana del 26 y el 27 de junio, y que recorrerá los nueve valles afectados por el macroproyecto eólico. “Bost martxa dauzka lekuko honek, bostak bat egiteko pasatzen dizugu/Cinco marchas tiene este testigo, te lo entregamos para que las juntes en una”, dijeron los txikis.

Tras la entrega del testigo, el grupo de Dantzaris de Eugi representaron un baile y los cantantes Mikel y Ander presentaron el tema que han compuesto en contra de la instalación de los molinos de viento. Después de una breve explicación del recorrido -de nueve kilómetros de distancia con salida en Ilurdotz, subida al alto de Kozkorro, Beltzunegi y vuelta a Ilurdotz- los participantes salieron del pueblo acompañados por un grupo de trikitilaris de Esteribar.

Al llegar al alto de Kozkorro, donde Sacyr Concesiones SLU prevé colocar una torre anemométrica, los montañeros visualizaron los distintos cordales en los que se situarían algunos de los 56 molinos de viento.

Los participantes dejaron atrás el alto de Kozkorro y se dirigieron hasta Beltzunegi, una peña con 996 metros de altitud y donde les esperaba de nuevo la música de la txalaparta. Tras hacer cima, descendieron a Ilurdotz.

Como tras cada marcha montañera, Haize Berriak defendió la transición hacía energías renovables, pero “sin agredir a la naturaleza”. La coordinadora apuesta por un cambio descentralizado, planificado y con un estudio en los distintos valles que valore “cuáles son las necesidades energéticas y de qué manera se puede acceder a energías renovables sin agredir a la naturaleza”.

Por ejemplo, aprovechar los tejados para instalar placas fotovoltaicas o zonas en las que “el ser humano ha intervenido y no se atenta contra la naturaleza”, finalizaron.