os alumnos y alumnas del colegio Escolapios de Tafalla han cerrado este último curso escolar con una actividad distinta, poniendo en el centro la importancia de los cuidados a las personas mayores y acercándose a las generaciones más longevas. El alumnado de Educación Primaria visitó ayer las tres residencias de mayores que hay distribuidas por la ciudad, centros que durante los primeros meses del año pasado vivieron con especial dureza el inicio de la pandemia en Navarra.

Durante la jornada del viernes los txikis se dividieron en grupos para visitar a los vecinos más mayores, a los que viven en las residencias, y llevarles a sus centros música y fiesta. “Aprovechando la cantidad de talento que tenemos entre nuestro alumnado, hemos dividido ese talento entre las tres residencias, para que todas tengan una parte musical”, apuntó ayer Nerea del Frago, profesora de Educación Primaria en el colegio, quien también contó que los escolares habían preparado un detalle manual y personalizado para cada uno de los residentes “para acercar el vínculo entre el alumno y el residentes”. “Hemos estado durante todo el curso yendo a las residencias, a entregar diferentes manualidades, haciendo pasatiempos y actividades con ellos, y la de hoy ha sido la última experiencia para finalizar esta iniciativa del curso”, ahondó Asier Marco, también profesor de Educación Primaria en Escolapios.

Aunque esta actividad no va a ser exclusiva de este año, sí que la edición de 2021 se ha caracterizado por su peculiaridad en los encuentros entre pequeños y mayores. “Todo ha estado influido por la distancia pero también se han creado lazos más estrechos que nunca, influidos por la necesidad social de acompañar y estar juntos”, refirió Nerea Del Frago, y detalló que ha sido “muy emocionante porque siempre que ha habido visitas ha habido mucho cariño y contacto, a pesar de la distancia y las mascarillas”.

La sensación del profesorado es que ambas partes, residentes y escolares, han recibido las actividades “con muchísima ilusión”. Pero, además, también ha sido una forma “de trabajar el temario de clase de una forma diferente, introduciendo lo estudiado en el intercambio intergeneracional. “Con esto también trabajamos cosas de clase, contenidos que sirven para algo, que no se dejan en la mochila y se olvidan en un cuaderno, por ejemplo se han escrito cartas, que luego han tenido respuesta”, concretó Marco. Ambos docentes coinciden en que en un año “tan oscuro y aburrido”, las salidas a los centros de mayores, el poder hacer cosas distintas, “ha sido mucho más enriquecedor y se ha agradecido por parte de todos”.

“Los niños entienden que acompañar a los mayores es una necesidad real, saben que están viviendo un momento muy duro y que hay que estar con ellos”, resumió Marco. Este proyecto ha unido generaciones, “haciéndoles un poco más conscientes” pues han estado en contacto con la necesidad del acompañamiento, “con la falta que les hacía a los abuelos estar en contacto con lo que había fuera”. De hecho, gracias a esta experiencia escolar, parte del alumnado ha podido conocer las casas que tiene el Servicio Social de Base de la zona para el cuidado y acompañamiento de personas mayores. “Esto es algo que ellos no conocían, no sabían de su existencia y esta ha sido una forma de explicárselo, además de acercarnos mucho más a las residencias”, concluyó Marco.