- Con el foco puesto en los protocolos de seguridad, este verano ha vuelto Aisiz Blai, el programa de ocio que organiza la ludoteca Txantxari de Altsasu para reforzar el euskera durante las vacaciones de verano así como contribuir a la conciliación de la vida familiar y laboral. Y es que la pandemia sigue ahí y no se puede bajar la guardia. Por ello, se han realizado grupos burbujas y se han reducido las ratios. Además, el uso de la mascarilla era obligatoria a partir de 6 años y recomendable en edades inferiores. Con el fin de que no compartan material, cada grupo cuenta con su pack individualizado y se incide en el lavado de manos. En el caso de actividades en el exterior el monitorado lleva gel hidroalcohólico.

El programa arrancó en junio, cuando comenzaron las vacaciones en los centros escolares con 21 niños y niñas en la ludoteca. "Dada la reducción de ratios, muchos txikis se quedaron en lista de espera", apuntan Joxepi Markinez e Iñaki López, coordinadores del programa. En julio se admitieron todas las solicitudes en fecha. En la primera quincena han sido 207 niños y niñas de entre 3 y 12 años, 75 más que el pasado año, que fueron 132 pero menos que antes del pandemia, con 299 txikis en 2019. A su cargo están 22 monitores y monitoras además de otros seis en prácticas.

Este verano, debido a las obras que se proyectan en el colegio público Zelandi a lo que hay que añadir las medidas sanitarias, el programa se ha descentralizado en cuatro puntos. Por un lado, para los más txikis, está la ludoteca y el gimnasio El Lavadero, 15 en cada uno. Por otro lado, 2º y 3º de Infantil y 1º de Primaria están en el porche de Zelandi y los de 2º, 3º y 4º en Intxostiapunta, repartidos entre el gimnasio de las monjas y en la Escuela de Música. Lo mayores, de 5º y 6º, tienen como lugar de referencia la planta baja de Gure Etxea.

Asimismo, se han adaptado las actividades a la situación actual. Lo cierto es que han desaparecido aquellas en las que se juntaban todos los grupos y también las excursiones. No obstante, no faltan otras, como visitas de los perros de Biak Bat, cuenta cuentos o actividades en la naturaleza con Naturkide. Además, un día a la semana van a las piscinas de Dantzaleku. En este verano en el que apenas se ha visto el sol ha habido actividades alternativas, como cine en Iortia, sesiones de cocina en Gaztetxoko y juegos deportivos en el frontón Zelandi.

Si bien uno de los objetivos de este servicio es reforzar la práctica del euskera fuera del aula, también se ofrece al alumnado del modelo A, con el que se trabajan expresiones cotidianas en euskera así como la ampliación del vocabulario. "Este año se ha triplicado la participación. El curso pasado fueron ocho y este 24. La experiencia del pasado año fue muy bonita y por el boca a boca, se han animado más txikis", observa López.

De cara a la segunda quincena hay inscripciones de 188 niños y niñas y en agosto, también por quincenas, son una veintena.

Conciliación. El principal objetivo de este veterano programa es contribuir a la conciliación de la vida familiar y laboral durante las vacaciones.

Euskera. El otro pilar sobre el que se asienta es el refuerzo del euskera además de que los niños y las niñas disfruten en un entorno seguro.

207

Es el número de niños y niñas de entre 3 y 12 años que han participado esta primera quincena de julio.