Héctor Vilellas Soro, atleta popular de 27 años natural de Tauste (Zaragoza), que sufrió una parada cardiorespiratoria en la carrera Behobia-San Sebastián celebrada el pasado domingo, ha fallecido en el Hospital Universitario Donostia, informan fuentes hospitalarias.

El joven deportista aragonés, maestro de Educación Primaria de Inglés y Educación Física, era profesor interino y tutor de 5ºA en el CP Monte San Julián de Tudela, donde había iniciado la docencia este año. También trabajo en el colegio concertado La Anunciata de la capital ribera y ejerció en Pamplona, impartiendo clases en la cárcel a los presos, y clases particulares en su domicilio. Vilellas se desvaneció a la altura de Ategorrieta, en la parte final de la prueba, donde fue atendido por la Cruz Roja. Tras esta primera intervención, el corredor fue trasladado al hospital Donostia, donde fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos. Permanecía allí en estado crítico irreversible. Otro atleta, de 34 años, tuvo que ser atendido también por un paro cardíaco por las asistencias de la DYA, y fue llevado al mismo centro sanitario que el joven aragonés.

Homenaje a Héctor Vilellas en el patio del CP Monte San Julián de Tudela:

Héctor, un joven alegre, extrovertido y apasionado por el atletismo, muy querido entre sus alumnos y allegados, participaba por segunda vez en la carrera, y apenas le quedaban 6 kilómetros para terminar. Había acudido junto a un amigo en un autobús que había salido aquel mismo domingo desde Tauste, en compañía de otros corredores, amigos y familiares.

El colegio Monte San Julián rindió ayer un sentido homenaje a su profesor, con presencia de alumnado y trabajadores. Se interpretó en el patio el Himno a la Alegría y Carolina Milagro interpretó una jota.

Héctor Vilellas es el quinto atleta que deja su vida en la Behobia-San Sebastián desde que esta popular prueba comenzara a celebrarse, en 1979. El anterior fallecimiento fue en 2015, el navarro José Javier Suescun Subero, ingeniero industrial de Berbinzana, que se desvaneció en el Boulevard. Dos años antes fue la también navarra Arantza Ezquerro la que sufrió una parada cardiorrespiratoria a la altura del Kursaal.