El año pasado, la pandemia les impidió acudir a los mercados y vender directamente sus productos confeccionados con mimo y cariño. Este 2021, con el avance de la vacunación, han tenido más faena, aunque no tiran cohetes, ni mucho menos. Además, para rematar, la variante Ómicron ha puesto el mundo, de nuevo, patas arriba. Pero no hay pandemia que les frene y los productores no han fallado a la tradicional cita con la Feria de Navidad en la Plaza de Toros de Pamplona, que celebra su 28ª edición hasta el próximo 6 de enero. Artesanos en el ruedo.

María Esparza es veterana en estas lides: su puesto de cerámica, Su ta Lur, ya ha pisado el Coso pamplonés en 24 ocasiones. Confecciona manualmente eguzkilores y tarjetas de postales en tres dimensiones con árboles, barcos o casas. “Con las nuevas tecnologías y tanto WhatsApp, hemos perdido la costumbre de felicitar las navidades personalmente y de una forma más cercana. Son unas postales estupendas, divinas de la muerte”, afirma María. La primera semana de feria, lamenta, ha sido “horrorosa. Entre el mal tiempo, la nieve y que la gente todavía no se ha enterado de que estamos abiertos, la verdad que ha sido un poco desastre”. Aunque de cara al futuro es optimista: “Espero que nos vaya de maravilla, que la ciudadanía responda y nos apoye porque lo necesitamos un montón. Este año ha sido mejor que 2020, se han mantenido las ferias de artesanía sobre todo en pueblitos pequeños, pero tampoco ninguna maravilla”, reconoce.

Desde hace cuatro años, Ricardo Rifón Roca carga su furgoneta en su Galicia natal y desembarca en Iruña con una amplia gama de utensilios de cocina en madera de olivo: morteros, tablas, cucharas, tenedores, espátulas, cascanueces, servilleteros, exprimidores... “Está considerada la mejor madera para la cocina porque no es porosa, es muy dura, muy resistente e higiénica”, explica. Este año, ha traído como novedades peines en madera de olivo -se lo habían demandado los clientes en anteriores ediciones-, soportes para gafas “que han hecho mucha gracia” y se pueden personalizar y fundas en corcho prensado. Y mantiene sus llamativos llaveros: rodajas de olivo que se pueden personalizar en el mismo puesto mediante la técnica del pirograbado. “Me cuesta cinco, diez minutos”, señala Ricardo.

El stand de Cervezas Kondaira, de Mendavia, se estrenó en la anterior edición, en plena pandemia, y este año han vuelto al ruedo. “Hemos trabajado más que en 2020, hemos acudido a más ferias. Vemos que la confianza vuelve y que los clientes tienen ganas de salir de esta pandemia”, afirma Sebastián Martínez. Kondaira ofrece nueve cervezas artesanas distintas: rubias, negras, tostadas, IPAs, afrutadas... Y para su elaboración emplean ingredientes 100% navarros como manzanilla ecológica de la sierra de Urbasa, regaliz de palo ecológico de Corella o un toque de pacharán de Viana.

HADAS Y DRAGONES La Plaza de Toros también ha reservado un espacio para el mundo de los juguetes y los hay de todos los colores. José Luis Rodríguez lleva 40 años en El Rastro de Madrid vendiendo bolas de Navidad, carruseles, coches, guitarras, motos, tiovivos, locomotoras, tranvías... Y confecciona a mano marionetas de goma espuma para los más pequeños. Muy variopintas: ranas, unicornios, dragones o cocodrilos. “Es mi segundo año en Pamplona. He repetido porque es una feria que funciona, pero a nivel económico la situación es bastante complicada. La vida cada vez es más cara y esta pandemia nos tiene aburridos ya. Me acaban de llamar para la tercera dosis de la vacuna y la he tenido que retrasar porque no puedo dejar el puesto solo”, reconoce José Luis.

Ricardo Matzkin, argentino afincado en Madrid desde hace 15 años, fabrica hadas y muñecas en porcelana fría, resina y diferentes telas. “Estaba buscando una salida laboral y como tenía un poquito de arte dentro de mí, empecé a diseñar hadas”, relata el dueño de Epicentro Mágico. En cada hada, explica, invierte hora, hora y media. “En el puesto hay cientos de horas de trabajo manual”, subraya. Para esta Navidad, Ricardo recomienda unas “haditas de la suerte, muy bonitas, pequeñitas y que se pueden colgar en el árbol”, incide.

Paco Romero, de El señor Castor, fabrica maquetas muy variadas: dragones, escorpiones, dinosaurios, aviones, basílicas, veleros, tiovivos, la Torre Eiffel, esfinges... “Son maquetas muy fáciles de montar. Simplemente se sacan de la lamina y se encajan. No hace falta ni pegamentos ni nada”, indica. Estos juguetes, asegura, son para todas las edades: “Tenemos de madera desde los seis años, de metal desde los trece y también viene gente adulta a comprar”, comenta. Paco lleva viniendo a la Feria de Navidad de Pamplona siete años. “Repetimos porque es buena y funciona. Este año está más floja, pero aguantaremos”, avanza.