Dar un paso detrás del otro, una acción casi refleja que la mayoría da por hecho pero que, sin embargo, una minoría ya no pueden disfrutar. Es el caso de los pacientes diagnosticados con esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa que afecta al cerebro y a la médula espinal que va mermando la movilidad de la persona enferma. Una dolencia que termina por dejar a quien la padece vinculado a una silla de ruedas de por vida, pero cuyos síntomas podrían relanzares o, incluso, revertirse, enseñando al usuario a volver a andar gracias a la tecnología del exoesqueleto.

Este vanguardista robot, que sigue la forma de la anatomía humana para así estimular sus movimientos, se ajusta a las necesidades de cada paciente y puede hacer recordar a su cuerpo lo que creía haber olvidado hace tiempo.

Un gran paso adelante en el tratamiento de las personas con problemas de movilidad, pero que acarrea un gasto económico tan elevado que hasta el momento solo hay 12 de estos aparatos en todo el Estado. Algo que puede estar cerca de cambiar, y es que Juan Larreta, junto a la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra (Ademna), de la que forma parte desde que descubrió su diagnóstico hace ya 14 años, se han propuesto hacerse con los fondos suficientes para comprar un exoesqueleto valorado en 140.000 euros del que podrán beneficiarse "no solo los pacientes con esclerosis, sino también personas con otro tipo de enfermedades degenerativas que afectan a la movilidad o quienes han sufrido un ictus, por ejemplo", apuntó Larreta.

A sabiendas de que persiguen un objetivo muy ambicioso, el miembro de Ademna junto a su amigo Jesús Iborra, tafallés que tras haber trabajado para Larreta hace 20 años en la Editorial Aranzadi -actualmente Thomson Reuters Aranzadi- se dedica ahora a la industria de los dulces en Chocolates Nakoa, idearon una iniciativa igual de azucarada que solidaria: vender miles de tabletas de chocolate para apoyar su causa.

Quince meses tras arrancar la aventura y 60.000 tabletas después -datos actualizados a finales de noviembre-, no ha habido un solo día en el que Larrea no posteara en sus redes sociales una foto enviada por las personas que han colaborado en el proyecto: "He compartido más de 1.300 fotos sacadas en los cinco continentes. Ya solo que una persona se vaya de vacaciones y se acuerde de meter el chocolate en la maleta para hacerse una foto con él y promover la causa es algo que me deja sin palabras. Independientemente de cuándo llegue el exoesqueleto me quedo con el baño de masas, con el empuje que nos esta dando la gente", aseguró Larrea, quien no recuerda una campaña "100% solidaria que haya tenido tanta repercusión".

Así, Ademna ha conseguido cerca de 30.000 euros gracias al chocolate solidario y otros 50.000 a través de las donaciones de la página web, unas arcas que esperan que sigan creciendo hasta final de año, en plena época de turrones y dulces, cuando termina la campaña. De hecho, el chocolate se venderá hasta el próximo día 31 en las sedes de la asociación en Ansoain y en Tudela, en la página web latiendadechocolate.es, y en diversos comercios locales por 1,6 euros la tableta.

Unos fondos que, todavía lejos de ser suficientes para comprar el robot rehabilitador, "demuestran la solidaridad de las personas y nos hacen ver que sí es posible. Todavía no sé qué nos deparará el 2022, pero seguiremos trabajando para conseguir el exoesqueleto de una forma u otra", afirmó.

De esta forma, el proyecto tendrá su colofón final el día de Año Nuevo en Hendaya, donde proponen que se celebre un particular chapuzón solidario como muestra de apoyo a los pacientes con esta dolencia. "Esta iniciativa se celebra también a nivel nacional, pero como cae en Sanfermines y los navarros estamos a otras cosas en esas fechas, decidimos mover el día al 1 de enero hace ya 15 años", explicó Larreta, quien añadió que en la última edición, en 2020, se animaron a mojarse en las gélidas aguas del Cantábrico la friolera de un centenar de personas.

'Mójate por la esclerosis'

Larreta, quien ha hecho de la lucha por conseguir esta tecnología algo personal, tuvo "la suerte" de ser una de los diez miembros de la asociación que pudieron probar en sus propias carnes los beneficios del exoesqueleto. "La primera vez que me lo puse fue en octubre de 2020 y fue alucinante. Tras quitármelo, el cuerpo seguía andando como si tuviera su ayuda. No sabía ni qué hacer con las manos", explicó el paciente de esclerosis múltiple, quien camina desde hace seis años con ayuda de bastones.

Además, el pasado mes de noviembre Larreta volvió a enfundarse uno de estos aparatos: "En la asociación hemos podido probar un exoesqueleto más económico y ahora los fisioterapeutas están estudiando los beneficios que puede aportar. Toda ayuda es bienvenida y, si nos lo proponemos, tal vez consigamos un robot de cada", añadió.