23 de abril, Houston, Centro de Convenciones George R. Brown. El equipo Legotronic Beavers, de la fundación MTorres, compuesto por seis jóvenes navarros -Guillermo Cutillas, Xabier Amoztegui, Haritz Azpirotz, Jorge Yuste, Xabier Ochoa de Olza y Alejandro Alday- y entrenado por Pablo Aragón y Claudia Labat bate a 106 contrincantes y se alza con el mundial de robótica First Lego League. Éxito rotundo.

"Si llegar al mundial ya es muy difícil, ganar, ni te cuento, porque detrás hay muchas horas de entrenamiento, meses de preparación y tardes dando vueltas y vueltas a los proyectos. Fue muy emocionante, una explosión de alegría", describe Eva García, coordinadora de Legotronic Beavers, que llegó a Torres de Elorz en el autobús de los campeones, el del Club Atlético Osasuna.

"Fue pura casualidad. Contratamos un autobús para volver de Barajas y nos encontramos el de Osasuna. Es mucho más cómodo que uno normal", bromea Eva. En las instalaciones de MTorres, aguardaban familiares y amigos con pancartas y tracas de petardos.

La competición se divide en tres partes y la primera consiste en diseñar, programar y construir un robot con piezas Lego que sea capaz de resolver en dos minutos y medio el mayor número de misiones en un tablero de juego.

La temática de las pruebas varía cada año -la conocen al inicio de la temporada para que puedan entrenar y siempre versa sobre problemas globales- y en esta ocasión tenían que transportar mercancías de la manera más eficiente posible.

Por ejemplo, los seis miembros de Legotronic Beavers cargaron con su robot -ante la atenta mirada de jueces y decenas de miles de espectadores- unos contenedores en trenes o barcos o desplazaron un avión o una hélice de un molino de viento.

Cada equipo disponía de tres oportunidades, solo contaba la mejor ronda y las puntuaciones eran públicas. "Veíamos cómo iban el resto y el viernes ya sabíamos que esa parte la habíamos ganado", apunta Eva.

La segunda parte consiste en el desarrollo de un proyecto de innovación que aporte una solución al problema planteado por la organización. Legotronic Beavers se centró en el exceso de embalaje que presentan los paquetes y las mercancías."Muchas veces, las cajas de cartón son más grandes de lo que hace falta o tienen un montón de plástico y papel inservible que va directamente a la basura", critican.

Para frenar la generación de residuos, propusieron una caja de plástico reciclado, reutilizable y con unas almohadillas interiores que se inflan para que la carga no se mueva y evitan el uso de embalaje de relleno y protección. "Cuando el cliente recibe su pedido, la caja se pliega y se devuelve", señalan.

meses de trabajo

Los miembros del equipo explicaron el proyecto a los cuatro miembros del jurado en unas salas privadas y respondieron a sus dudas y preguntas en inglés.

"En cinco minutos, tienes que ser capaz de resumir el trabajo de meses y convencer al jurado de que tu proyecto es válido", apuntan.

Legotronic Beavers comenzó la temporada en octubre y, hasta navidades, se juntaban todos los sábados de 10:00 a 14:00 horas. A partir de enero, apretaron el acelerador y entrenan de 10:00 a 18:00 horas -con descanso para comer- y los domingos de 10:00 a 14.00 horas.

Los organizadores de la First Lego League animan a los participantes a que contacten con expertos en la materia que les expliquen el problema al que se van a enfrentar y les ayuden a perfeccionar la solución que van a plantear.

En su caso, estuvieron en el Centro de Tratamiento de Residuos de Góngora y contaron con el consejo de trabajadores de Amazon, transportes Lizarraldea y centro de distribución de medicamentos de Irurtzun.

Por último, está la parte de valores en la que los jueces puntúan el comportamiento de los equipos en el torneo.

La fundación MTorres creó esta iniciativa hace 11 años y nació como una actividad dirigida a familiares de empleados, "pero no es excluyente, no se cierra la puerta a personas ajenas a la empresa. Si un amigo del cole o una vecina quieren participar, pueden hacerlo sin problemas", asegura Eva.

La actividad despertó un gran interés y la fundación llegó a contar con tres equipos y en una década han alcanzado el mundial hasta en cuatro ocasiones. "Ganar competiciones está muy bien, pero lo importante es despertar el interés por la ciencia, la tecnología y la innovación. Los chavales vienen, se lo pasan muy bien, se hacen súper amigos y este es el éxito verdadero".