Una medida solicitada desde hace 20 años por los vecinos de Mendillorri. y ahora, cuando ha llegado, se “hace mal” y no soluciona los problemas. Como consecuencia, el ruido sigue, según denuncian, y supera, de día, los 70 dB dentro de sus viviendas.

Así lo denuncian vecinos de Mendillorri de los primeros portales de la calle Monte Campamento, mientras que los últimos bloques, en dirección a Mutilva, al estar el terreno más elevado, están más protegidos. ¿Por qué ocurre esto? Porque, según una vecina, los tramos más altos de barrera se han colocado de forma ilógica, donde hay más desnivel, y al contrario, los de menor altura, en las zonas bajas de la calle.

Blanca Amaya Izco, residente en el portal 5 de la citada vía, señala que “la semana pasada se terminó de construir la barrera de sonido de la Ronda Este”, frente a los bloques de viviendas de su calle. Pues bien, según señala, se ha instalado de forma “chapucera”.

Explica que “la barrera tiene dos tramos con diferente altura, y, en la parte de arriba, donde el desnivel existente entre los edificios y la ronda va aumentando hasta llegar a tener 5 ó 6 metros, se ha puesto la barrera de madera alta”, con lo que las viviendas están más protegidas del ruido de la ronda, y “es apreciable la disminución del ruido conseguida”.

Sin embargo, “frente a los edificios de la mitad hacia abajo, que es donde la ronda y los edificios están al mismo nivel, se ha puesto la barrera baja”, y, como resultado, “hemos notado que la disminución del ruido es inapreciable”, ya que “hemos medido antes y después de poner la barrera” y sigue superando los 70 dB, como han demostrado a este periódico: “¿Esta diferencia de altura de la barrera que han puesto, al revés del sentido común, tiene alguna explicación?”, se pregunta.

En su casa, “se pueden ver enteros y los coches y los camiones”, de tal manera que “si puedo verlos, el ruido generado por ellos llega directamente a la fachada y las ventanas sin apenas amortiguación”. A su juicio, al contrario de lo hecho, “debería ponerse un montículo para levantar la altura de la barrera”.

Amaya, junto a otros vecinos de estos portales, emplazan a los responsables “a verificar el cumplimiento del máximo nivel de ruido fijado en el Real Decreto 1367/2007, sobre todo, en los edificios con la barrera baja, y en los horarios de día, tarde y noche”.

Porque, “después de haber hecho nosotros las mediciones, creemos que dista, no un poco, sino mucho, de cumplirlo”, en una zona, frente a la ronda Este, que supera al día los 35.000 vehículos. “Hay que vivir aquí 365 días al año para darse cuenta del nivel de contaminación acústica que tenemos que soportar y esto ya viene durando ya veintitantos años”. Acudirán al Ayuntamiento y a dónde haga falta.