Los Sanfermines de Lesaka celebraron ayer el día de peñas. Un día muy especial para la veintena de peñas que visten de colores las calles de la localidad, pero especialmente, para Irrintzi, que cumplía sus Bodas de Oro. 50 años llenando de ambiente las fiestas locales, pero también, algún año, “exportando” su humor a fiestas de Igantzi u Oronoz-Mugairi. Ayer tuvieron desayuno especial y los mas jóvenes de la peña, tuvieron un recuerdo especial con los pioneros, los que crearon la peña allá para 1972. Uno de ellos es Juan Mari Etxeberria Tapia, de 69 años, que recordaba que la cuadrilla empezó a juntarse “primero para el Olentzero, que llegamos a sacar dos para el concurso, también jugábamos juntos al fútbol. Seríamos unos veinte y salimos como peña Irrintzi por primera vez el segundo día de sanfermines de 1972. El ayuntamiento nos subvencionó la compra de 20 tambores con la condición de que tocáramos todos los días. El día de San Fermin no, eso era sagrado. Hasta entonces el ayuntamiento de Lesaka hacía una especie de intercambio con el ayuntamiento de Irun, al que dejaba para el día de San Marcial unos cañones que había cerca de la iglesia. A cambio, el ayuntamiento de Irun le dejaba unos tambores, pero la mayoría los devolvíamos rotos, de mala manera”.

La primera ‘alineación’ del Irrintzi, la de julio de 1972.

Aunque hoy en día es la peña mas veterana, Etxeberria recuerda que “4-5 años antes surgió la peña Agiña, con una blusa verde y cuello blanco, y posteriormente, cuando empezó a venir la charanga Incansables, se creó Agiña, con una blusa a cuadros blancos y negros y boina verde, aunque ya no salen. Nosotros nos decantamos por la tela mas barata, a cuadros rojos y blancos y también teníamos una boina roja con una bota de vino bordada. Un año mas tarde crearon Kalaxka”. Fue en aquella época cuando empezó a celebrarse el día de peñas como tal, “el primer día ezpatadantzaris, temas religiosos, seriedad, y a partir del segundo, ¡el desmadre!”, comenta Etxeberria. “Nosotros teníamos nuestra propia charanga, con mi difunto hermano Esteban Maia al acordeón, Jabier Ordoki, Juan Carlos Txoperena y el difunto Fermin Altzugarai a la trompeta, el hermano mayor de Txoperena al saxofón y Juanito Ordoki Gaxtelu con el clarinete…”.

La burra ‘Sabina’, mítica mascota de la peña.

Aunque en la actualidad las peñas apenas organizan ninguna actividad fuera de su día en fiestas, en la década de 1970 Irrintzi organizaba salidas montañeras, carroza en carnavales, olentzero… Etxeberria considera que “era una época de mucho movimiento. Un año nos llamaron de Igantzi para ir a fiestas y hacer una tamborrada, a cambio de la comida. Entonces teníamos a la burra Sabina como mascota y la metimos en un camión y allí fuimos. La gente de Igantzi encantada y nosotros felices. Salimos desde Piedad montando bulla con cohetes, tambores, música, la burra… Otro año también nos llamaron desde Mugairi, llevamos la víspera a la burra Sabina en un camión y la cuidaron como una reina”.

La idea de tener a la burra Sabina como mascota surgió de su propietario, el difunto Danieltzo Apeztegia, que “era el alma máter de la cuadrilla y de Irrintzi, era el que movía el tema, el que pensó los colores, el que organizaba la carroza de carnaval… Vestíamos a la burra como un integrante mas de la cuadrilla, con pantalón blanco, blusa, boina roja… Era nuestra mascota y anduvo con nosotros unos 8-10 años, incluso después de que falleciera Apeztegia en accidente de tráfico. Probablemente hoy en día no se permitiría, y entonces también teníamos miedo, pero la burra estaba acostumbrada con nosotros y se sabía nuestro recorrido por los bares perfectamente, de hecho, era la que abría la comitiva”.

Etxeberria nota varios cambios en los Sanfermines de hace medio siglo a los de ahora. “Lo que mas ha cambiado es la cantidad de gente que viene los fines de semana. Antes la fiesta era para los de Lesaka, mas alguno que podía venir de Arantza o Igantzi. Y luego, de noche salíamos muy poco. Para las 11 de la noche, todos muy perjudicados, pero a casa o al pajar de Epifanio, donde terminaba la fiesta para la mayoría, cachondeo total”, señala.

Al igual que los sanfermines, la peña Irrintzi también ha cambiado en este medio siglo, “para mí los de ahora son mas gamberros. Nosotros tampoco éramos unos santos, pero nos lo pensábamos dos veces antes de realizar una gamberrada, los tiempos han cambiado”.

Lo que no ha cambiado es el humor y las ganas de fiesta, tanto del Irrintzi, como del resto de peñas. Y se volvió a demostrar en la jornada de ayer.