Suenan los últimos acordes y el concierto llega a su fin. “No. No nos podrán parar. No solemos mirar hacia atrás, vuestra fuerza nos hará caminar”, se escucha. Faltan unos minutos para las dos de la madrugada. El pabellón deportivo multiusos de Buñuel está a reventar. Revienta de energía y buen rollo después de casi dos horas bailando al ritmo de una de las bandas más emblemáticas del panorama nacional, Celtas Cortos. Efectivamente, se ha comprobado que nada ni nadie para a ‘Cifu’ y su banda.  

Rock y folk de enorme virtuosidad el que regalaron este lunes por la noche los pucelanos en la localidad ribera. Incansables. “Ha sido un tremendo placer compartir tanta emoción. Muchas gracias por traernos a vuestra orilla. Nos llevamos el regalo de vuestro corazón. ¡Salud y hasta pronto!”, se despedía ‘Cifu’ de Buñuel. Minutos antes, el auditorio entero había tarareado aquel "20 de abril del 90" y había estallado en una gran ovación ante el alegato que el líder del grupo hizo en favor de la sanidad pública. No podía faltar el recuerdo a los duros años en que la pandemia ha impedido momentos como el vivido esta noche. 

Jesús Cifuentes, cantante de Celtas Cortos, en un momento del concierto. Beatriz García

El ‘plato fuerte’ musical de estas fiestas de Buñuel no defraudó. Los mayores disfrutando y recordando que "aunque a veces llega un momento que te haces viejo de repente" nunca hay que dejar de bailar y mirar hacia adelante. Los más jóvenes, que todavía no habían nacido cuando Celtas Cortos ya abrazaba sus primeros grandes éxitos, recibiendo con ganas esta dosis calidad y virtuosismo a partes iguales.

Además, el conjunto vallisoletano atrajo hasta la localidad ribera a vecinos que, desde pueblos cercanos como Cortes o Ribaforada, se sumaron a la fiesta. Tenían no uno, sino "un millón de motivos" para dejarse contagiar por las vibraciones de quienes, pese a la adversidad, siempre ven el vaso medio lleno y nos recuerdan que, pase lo que pase, "mañana sale el sol".