Dentro de las recientes donaciones de imágenes que varias familias tudelanas (Osta, Loperena y Milagro) han realizado al Archivo Municipal de Tudela se encuentran unas cedidas por la familia Pérez-Nievas que retratan una visita que el pretendiente carlista Carlos Hugo de Borbón Parma realizó a la capital ribera en 1968. Esas imágenes, realizadas por Peinado y Mazo para El Pensamiento Navarro, pertenecen a un momento histórico importante y se enmarcan en un país sumergido en la dictadura franquista donde los sindicatos comenzaban a tener un peso importante y donde el papel del Partido Carlista en una transición democrática iba ganando adeptos. 

La visita se realizó el 5 de julio de 1968 y estaba integrada dentro de una larga gira que realizó el pretendiente al trono a Navarra donde fue recibido como la emergente estrella mediática y política que era. La propaganda que se tejió entonces a su alrededor le mostraban como una persona universitaria, ilustrada, dialogante y apasionada de la economía y la política, con tendencia y preocupación hacia la clase trabajadora, algo diametralmente opuesto al otro Borbón, Juan Carlos, para el que Franco ya había preparado la sucesión. Carlos Hugo visitó Pamplona, Estella, Tafalla, Mañeru, Peralta, Leiza, Villaba y disfrutó también de los sanfermines. Llegó el 3 de julio y se marchó el 7 de julio.

Página de ‘El Pensamiento Navarro’ de la visita. ARCHIVO

El viaje

El país vivía un momento en que los movimientos sociales y nacionalitas comenzaban a tener auge. En junio de ese año se comenzaba a hablar de ETA, que había cometido el primer asesinato (un guardia civil), y en agosto mató al policía Melitón Manzanas. Ese mismo 1968 se había iniciado con el nacimiento de Felipe, con lo que Juan Carlos se aseguraba un heredero, cosa importante si quería dar continuidad a la monarquía. De ese modo, el papel de Carlos Hugo, que claramente apoyaba a los sectores disidentes del régimen, era complicado y el hecho de que su personalidad lo hiciera atractivo para la prensa le convertía en un peligro para Franco. Su presencia en las portadas de periódicos y revistas en el extranjero eran habituales. En ese ambiente visitó Navarra con la vitola de pretendiente al trono.

El 3 de julio llegó a Navarra por Tafalla donde, entre otros, le recibieron José María de Zavala, entonces secretario general de la Comunión Tradicionalista Carlista (no existía aún el Partido Carlista con ese nombre y a la larga sería el último en legalizarse), y el director de El Pensamiento Navarro, Javier María Pascual, el periódico del movimiento carlista. Trasladado en coche a Pamplona residió todos esos días en la casa del matrimonio San Cristóbal y Suárez de Figueroa. El 4 de julio visitó en Landaben la fábrica de automóviles Authi, donde permaneció cuatro horas “ampliando conocimientos sobre la realidad económica social de Navarra”. En esa visita se reunió con el director de la factoría José Mir y con un joven adjunto a la dirección, Jaime Ignacio del Burgo que, pocos años después, daría el salto a la política. Desde ahí realizó una rápida visita al círculo de Estella, ciudad que conocía bien por su presencia en Montejurra, y de vuelta a Pamplona se detuvo en Mañeru donde, la población, se enteró de su presencia y le recibió “con cohetes y aplausos” y hubo que organizar “un rápido besamanos”.

Carlos Hugo en el Círculo Carlista de Tudela. PEINADO Y MAZO

En los periódicos se alternaban las noticias de los sanfermines o de la incipiente guerra en Vietnam con otras que reflejan la época como la fotografía de “La mujer ideal vasco-navarra”. Amparo Derqui de Poole se encontraba realizando pruebas en Madrid para el certamen de Mujer ideal de España 1968. Amparo era médica y madre de 11 hijos, condición para optar al premio, y en la foto aparecía “realizando compras en un supermercado, una de las pruebas de las aspirantes”.

En Tudela

Carlos Hugo llegó a Tudela el 5 de julio y fue recibido por Román Añón, José Ángel Pérez-Nievas, Rafael Melero, Luis Rubio, Victoriano Huarte y Alfonso Añón que le acompañaron en primer lugar a que visitara la catedral. Como muestran las imágenes, la seo se encontraba en plena fase de restauración ya que son numerosas las ftos departiendo con los canteros que se encontraban trabajando en el claustro. Fuera de la catedral se difundió la noticia de su llegada y numeroso público se concentró a las puertas, siendo “vitoreado y saludado con muestras de respetuoso cariño”. Firmó en el Libro de Oro de la catedral, que solo tenía 4 firmas anteriores, y de ahí se dirigió al Ayuntamiento donde le esperaba el alcalde Rafael Añón y el primer teniente de alcalde, Valentín Remírez de Ganuza, con los que salió al balcón y después firmó en el libro de la ciudad. La crónica de El Pensamiento Navarro señalaba que “Tudela tiene gestos de señorío más propios de cabeza principal del Reyno”.

En el coche del alcalde acudieron a visitar la PIHER donde los trabajadores que se reunieron con él (Luis Mateo, Manuel Zubeldía, Julio Goicoechea, Joaquín Torrents, Antonio Campoy, Natividad Ros, Margarita Aguado, María Paz Mateo, María del Carmen Fernández, Ángel Condón, Carlos Vidaurreta y José Luis Zabaleta) lo describieron como “hombre abierto, democrático, seriamente enterado de los problemas económicos, sociales y sindicales y preocupado”. Desde ahí el alcalde de nuevo le llevó a visitar el Barrio de Lourdes donde “le recibieron a pie de parroquia el Padre Lasa” que le explicó su intención de lograr “un barrio de viviendas asequibles pero no clasistas, integrados en la ciudad e integradores de cuantos en ellos viven”. 

El 6 de julio le recibió Leiza y Villaba donde se encontró con su mujer Irene, procedente de Madrid.

Un momento de la visita a la PIHER. PEINADO Y MAZO

Finalmente el 7 de julio vieron el encierro desde el balcón del Ayuntamiento y estuvieron presentes en la corrida de toros de Pamplona, donde el diestro Miguel Márquez les brindó el toro, y donde mantuvieron diversos encuentros con peñas como Muthiko Alaiak. No era la primera ocasión en que Carlos Hugo estaba en Sanfermines, ya que el 13 de julio de 1964, corrió el encierro en el tramo del Ayuntamiento donde varios mozos lo reconocieron y le gritaron “¡viva el príncipe machote!”. 

Pocos meses después de su visita a Navarra, el régimen de Franco le expulsó del país por unas declaraciones realizadas a la prensa y por el peligro que suponía tener a una alternativa al trono cuando estaba a punto de ponerle la corona a Juan Carlos que aseguraría la continuidad del régimen.

Figura política

Carlos Hugo de Borbón fue uno de los personajes políticos más relevantes en la oscura y uniforme España de 1960 y levantó la voz en público contra el régimen franquista, lo que le valió la expulsión del país ese mismo año de 1968. Licenciado en Derecho por la Sorbona y en Económicas por Oxford, era fácil de entender cómo la comparación de su figura salía reforzada ante la del joven y callado Juan Carlos, del que entonces poco se sabía. Visto su creciente tirón, sus asesores, a cuyo frente se encontraba José María de Zavala, decidieron instalarlo en Bilbao para darlo a conocer, bajo el nombre de Javier Ipiña. Interesado por una huelga minera trabajó de incógnito en la mina del pozo Sotón, en San Martín (Asturias), para conocer la situación de estos trabajadores desde dentro. Ningún compañero, que le conocían por el inglés, supo nada hasta pasados dos meses en que aparecieron los primeros reporteros.

Puesta en marcha la maquinaria de propaganda, el partido decidió instalarlo en Madrid, donde podía darse a conocer. La casa se encontraba en la calle Hermanos Becquer, teniendo como vecino al que era uno de los hombres fuertes del régimen, Carrero Blanco. Mientras, sus hermanas (Cecilia, María Teresa y María de las Nieves) recorrían la península. En 1964 contrajo matrimonio con la princesa Irene de Holanda, lo que supuso un empuje más a su figura, pero para Irene perdió sus derechos como heredera de la corona. Ese mismo 1964 Franco decidió que España sería monarquía y que el cargo recaería en Juan Carlos, nacido en Roma, aunque no lo anunció de forma definitiva hasta 1969. 

Reunión con varios trabajadores de PIHER. PEINADO Y MAZO

A nivel político, Carlos Hugo fomentó la renovación y formación política de los mandos del Partido Carlista que criticaban fuertemente los discursos del aspirante. Las entrevistas en periódicos internacionales eran constantes y Carlos Hugo repetía cosas como que “sin una profunda reforma de las estructuras sociales producidas por un capitalismo arcaico la democracia no es posible” y que “el sistema educativo español es la mayor injusticia de nuestro país”, mientras pedía “sindicatos democráticos y elecciones sindicales a todos los niveles”. El Gobierno de Franco no tardó en expulsarlo. El 20 de diciembre de 1968 la Policía rodeó su hotel de Zaragoza y tras pasar por Tudela, Pamplona, San Sebastián e Irún le dejaron en Francia. La acusación: “Participar en actividades de carácter político”. Hubo manifestaciones y se cerraron varios círculos carlistas en todo el país. En mayo de 1969, como acto de protesta, tras la cita de Montejurra se quemó un retrato de Franco en la plaza de Estella y las fuerzas del orden público cargaron provocando varios heridos. 

Después de las elecciones de 1979, Carlos Hugo abandonó el partido en 1980. El que durante tantos años fuera secretario general del Partido Carlista en Euskalherria (EKA), José Ángel Pérez-Nievas, señaló en 2004: “¿Por qué no un carlismo sin rey?, igual que existe un socialismo sin Pablo Iglesias, un marxismo sin Marx o un nacionalismo vasco sin Sabino Arana. Don Carlos encabezó un movimiento político, pero no fue él quien le dio contenido”.