Marañón es otro pueblo de Tierra Estella que aparece en el listado de los pueblos ‘sin niños’ en su censo y cuya población bajó de los 261 habitantes a mediados del siglo pasado, a los 49 que se registró en el censo de 2022. Lo cierto es que esta población, salió de la estadística con el empadronamiento de Iraia, una niña de 13 años que ahora ha tomado el relevo como la más joven del pueblo. Un salto de 20 años en los que Marañón ha estado sin que haya ningún nacimiento nuevo desde que nacieran Uxue o la actual alcaldesa Laura Corres, para quien, según nos explica, Marañón es un pueblo de agricultores y ganaderos muy vinculado a su monte con bosques de hayas, robles y encinos que cubren hasta las estribaciones de el León Dormido o El Castillo, que es como le llaman a esta montaña en la localidad. Economía de sostenibilidad que tiene en el reparto de las suertes de leña una forma de economía, eso sí: “para los vecinos que estén empadronados y vivan en el pueblo”.

Otro de los personajes destacados del este pueblo que geográficamente es el más occidental de Navarra, es el río Ega que cruza y divide en dos partes la localidad. Algo que hace que Marañón lo tenga como fuente natural a este río que nace a 7 kilómetros de la localidad: “es muy importante para nosotros, mantiene nuestros regadíos de patata, remolacha y de cereal, además desde que hicieron unas obras ya no se inunda, aunque también tiene que ver que ya no llueve y nieva tanto como antes”, afirmó Laura que cumple su segunda legislatura en las listas del PSN. La alcaldesa afirmó que se siente contenta con las obras que se han ido realizando en los últimos años. Una de ellas es precisamente un parque infantil, porque a pesar de que en invierno no haya niños, en verano la población se triplica y vienen varias de familias que mantienen la casa como segunda vivienda. También pensando en lo “largo que es el invierno” en Marañón, se habilitó un centro social de 200 m² que sirve de gimnasio donde se han instalado cintas de correr y bicicletas de spinning o elípticas: “la gente que le gusta andar en invierno que el día es muy corto puede hacer ejercicio aquí”.

Así mismo, la primera edil se quejó de la falta de servicios: para empezar, el de la fibra óptica, que sigue sin llegar a este paraje que se encuentra con puntos con cobertura telefónica deficiente y sobre todo, de la ausencia total de autobuses de línea que “puedan llevar a la gente hasta Estella, por ejemplo”.

Con todo, la vida social en este precioso rincón de Tierra Estella gira en torno a la sociedad La Globa que funciona desde hace años en la localidad y es el lugar de reunión de los habitantes del pueblo, que sigue abriendo desde el miércoles hasta el domingo “no hay pinchopote pero sí que se hacen meriendas y cenas”, aseguró Corres, quien destacó que entre los empresas del pueblo existe una casa rural que lleva el nombre del hayedo del León Dormido, que, por otra parte es uno de los grandes bosques de Navarra.

“Para los que vivimos aquí, nos parece un lugar ideal y único, pero entendemos que a la gente le cueste quedarse porque es muy difícil conciliar una familia y las extraescolares con vivir en un lugar alejado como Marañón, por eso trabajamos en tener el máximo de los servicios”.