El puente de San José, festivo en comunidades como la de Madrid, ha llevado al Hotel Puerta de Irati de Otsagabia a sus primeros clientes. Por fin, este viernes llegó el día. Edurne y Rubén les esperaban un tanto impacientes, con los brazos abiertos “y alguna sorpresa”, apunta ella. No puede disimular la ilusión y el cansancio acumulado en los días previos a su apertura, días de inmersión total en la formación y de los últimos preparativos para dar salida a todos los servicios que alberga el nombre (bar, restaurante y hotel) estrenados de manera escalonada.

El hotel ‘Puerta de Irati’ recibe con los brazos abiertos

Con la treintena de reservas para este primer fin de semana, el Puerta de Irati comienza a rodar completo. “El servicio de restaurante atenderá a clientes alojados y externos. Ahora ofrecemos un menú básico, de platos combinados, bocadillos y tapas. No obstante, pensamos elaborar otra carta. Creemos que es más importante dar un servicio de calidad con buenos alimentos, y no tanto unos platos sofisticados. Ofrecer un lugar cuidado donde poder comer y cenar bien. Lo que entendemos como una demanda normal”, resume Edurne.

Con su hotel, actualmente son cuatro los establecimientos que ofrecen comidas y cenas en la localidad. “En temporada alta, todo es poco. No se abarca. Por eso nuestra idea fue desde el principio dar el servicio completo, aunque no somos hosteleros. Sin duda, para nosotros era más fácil ofrecer solo habitaciones”, argumenta.

Edurne Iturri Redondo, maestra infantil de 35 años y Rubén Carmona Eseverri, arquitecto técnico, 36 tienen dos hijos de corta edad: Adur, de 4 años y Aner, de 2. Ambos están escolarizados e integrados en la localidad desde el pasado verano, cuando la pareja ya lo había apostado todo por el proyecto y decidió trasladarse a vivir al pueblo de origen materno de Rubén. “El trabajo de hostelería es muy esclavo y conciliar es igual de difícil en el campo que en la ciudad. Por eso queríamos hacer cuanto antes la adaptación de nuestros hijos, porque sabíamos que el cambio de vida sería importante.”, explica Edurne.

Impulso familiar

Levantado desde cero, el Hotel Puerta de Irati es hoy una idea materializada gracias a la inversión familiar de los padres de Rubén. Un deseo que estaba esperando el momento, aparcado por la crisis económica y la pandemia, circunstancias que les han llevado a replanteárselo, hasta tomar la decisión final.

Familia vinculada al sector de la construcción (Jacar Logística S.L) han impulsando la construcción de un edificio completamente nuevo con lo último en lo que se refiere a materiales y en total armonía con el entorno.

“Las normas urbanísticas han sido rígidas, de mucha exigencia, pero el resultado ha sido bueno. Apostamos por un hotel, hoy de tres estrellas, que llegará a ser 100% sostenible por medio de la energía renovable”, añade.

El edificio consta de planta baja más dos alturas y un desván, que contiene siete habitaciones abuhardilladas, calificadas Deluxe. Las 37 habitaciones que suma en total el establecimiento son un indicativo de que la apuesta es destacable.

Al hotel, restaurante y bar se añade una piscina de verano que funcionará entre los meses de junio y septiembre. Los fines de semana el Hotel Puerta de Irati estará atendido por una plantilla de 15 personas reducida a 8 entre semana.

“Lo más complicado ha sido encontrar personal. Contamos con una plantilla estable, 80% local y de las inmediaciones. Su media de edad se sitúa entre 40 y 50 años. La persona que quiere trabajar aquí y tener un contrato largo tiene que buscar alojamiento, y la vivienda está difícil”, constata.

Comenta que ella y Rubén proyectan hacerse su propia casa. Mientras tanto, se alojan en la de la madre de este.

La falta de experiencia en hostelería la solventan integrándose en la cadena de hoteles Silken. “Ofrecen servicio desde gestión total, o grupo logístico, proveedores, sistemas informáticos y recursos humanos. Nosotros nos ocuparemos de la gestión directa, pero hay factores de este mundo que no controlamos todavía. Ir con ellos nos da tranquilidad y nos permite estar más relajados por su experiencia”.

En el Barrio de Xabalkoa de Otsagabia, la aventura comienza ya. Se llama Hotel Puerta de Irati, tan cercano a una de las principales entradas de la selva a la que refiere su nombre .

Cifras y datos de la recuperación turística son optimistas. Las expectativas son buenas. Llegarán de Madrid, Valencia, del País Vasco, atraídos por el bello paisaje de montaña. “Lo hemos preparado con mucho cariño. La acogida ha sido excelente”, manifiesta Edurne con tono de satisfacción, alegría y agradecimiento.