Estamos a tiempo de evitar un grave error. Después de dos años de negociaciones, para encontrar una solución a la protección del cenador modernista de la calle Yerri, no parece razonable que ahora se deje toda la responsabilidad de la protección en los constructores.

En estos dos años se han intentado varias propuestas para salvar la edificación modernista. En todos los casos, se planteaba que la protección del cenador modernista no costara dinero al ayuntamiento ni a la ciudadanía. Se establecían compensaciones a los constructores con una negociación de los aprovechamientos actuales indicados en la propia unidad urbanística.

Este es el momento de que todos los grupos municipales se pongan de acuerdo para establecer las compensaciones necesarias para salvar el cenador modernista sin que cueste dinero ni a la ciudad ni al ayuntamiento.

Como ha quedado acreditado el cenador modernista es de gran interés para el patrimonio de Estella-Lizarra. Tanto el edificio neogótico como, principalmente, las pinturas modernistas, son de gran valor artístico e histórico.

Estella-Lizarra tuvo un momento importante, al inicio del siglo XX. Se construyeron varias edificaciones de estilo modernista. La mayoría han sido destruidas pero se conservan dos ejemplares significativos como la Basílica del Puy o la estación del ferrocarril. Incluso se ha hecho un gran esfuerzo por dignificar, como museo, del legado pictórico modernista de Gustavo de Maeztu.

Cada vez está más claro que para hacer ciudad no es necesario destruir patrimonio. Es más, el patrimonio enriquece la nueva ciudad. El patrimonio en los nuevos barrios crea valor añadido. Por eso, parece muy necesario el acuerdo. Primero consenso entre todos los grupos políticos y después acuerdo que satisfaga los intereses de los constructores, del ayuntamiento y de la ciudad. Las muchas familias que van a vivir junto a la plaza de toros prefieren vivir en una zona singular, distinta a otras urbanizaciones porque sea capaz de aunar el patrimonio antiguo junto al racionalismo de las nuevas viviendas.

Estella-Lizarra se merece defender su patrimonio.

En nombre del Centro de Estudios Tierra Estella (CETE/LI)