Los pueblos de Olmeda de las Fuentes y Nuevo Baztan, que pertenecieron al noble arizkundarra Juan de Goyeneche, que se separaron en 1722 por decisión del entonces Obispo de Toledo, volverán a unirse el próximo mes de octubre. Tres siglos después de la traumática separación, el camino que unía a ambas localidades será recuperado por la Comunidad de Madrid para crear un paseo histórico y cultural.

La villa de Olmeda de las Fuentes que adquirió Juan de Goyeneche en 1714.

Será en octubre, el mes de la fundación de Nuevo Baztan, cuando se conmemorará el final de la separación mediante la recuperación del camino de tres kilómetros de longitud que unirá el palacio de Juan de Goyeneche, donde se ubica el centro de interpretación del conjunto histórico y artístico, y la plaza de la Villa de Olmeda de las Fuentes. En el paseo está prevista la creación de un conjunto de miradores en los que se instalarán paneles informativos con datos históricos, donde se podrá descansar e informarse.

La escultura de Juan de Goyeneche en Nuevo Baztan.

Según ha informado la Consejería de Administración Local y Digitalización que se encarga de la recuperación del camino, el contenido con el que se pretende informar a los futuros paseantes, estará relacionado con la figura histórica de Juan de Goyeneche, explicará los hechos más relevantes de su vida y su obra entre 1705 y 1735. En mitad del paisaje de piedra caliza, el proyecto contempla que los hitos recuerden a las construcciones de José Benito de Churriguera, el arquitecto autor del conjunto histórico artístico que conforma el casco urbano de Nuevo Baztan.

Los dos pueblos

El pueblo de Nuevo Baztan fue construido y fundado ex novo por Juan de Goyeneche entre los años 1709 a 1713, en principio como residencia de los trabajadores de la fábrica de vidrio fundada ex novo por Juan de Goyeneche y Gastón, que lo bautizó así en recuerdo a su valle natal. El modelo urbano de la localidad, calificado de “ejemplo del urbanismo barroco castizo” por urbanistas como Fernando Chueca Goitia, se declaró Monumento Histórico-Artístico en 1941 y el palacio de Goyeneche y la iglesia de San Francisco Javier está considerado Bien de Interés Cultural.

Por su parte, Olmeda de las Fuentes (en origen Olmeda de la Cebolla) surgió como municipio autónomo al emanciparse de Alcalá en 1564 y ser vendida a Baltasar Lomelín en 1576. Años después, en 1714, Juan de Goyeneche comprará la villa para establecer su primera industria para abastecer a las tropas reales de artículos textiles de muy buena calidad, Mientras la fábrica estuvo a pleno rendimiento, llegó a contar con más de 800 operarios, gozó de exenciones fiscales y siguió funcionando incluso después de la muerte de Goyenech, y pasó a su hijo primogénito, Francisco Javier de Goyeneche que muere en 1748 sin descendencia y convierte en heredero de la fortuna a su hermano Francisco Miguel, Conde de Saceda y Marqués de Belzunce.

La localidad tiene a gala ser el lugar donde nació Pedro Páez Jaramillo, jesuita misionero que el 21 de abril de 1618 fue el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul. Igualmente, por la bonanza de su clima, la riqueza de sus paisajes, la peculiaridad de su arquitectura popular, empinadas calles y casas encaladas, y el carácter amable y abierto de sus vecinos, ha sido escogida desde hace muchas décadas por múltiples pintores y artistas para asentarse y establecer su estudio, como la recordada pintora de Irun Menchu Gal, siempre gran amiga de Elizondo y del Valle de Baztan, que creó allí entre otras su “Casas de la Olmeda”.

El fundador

El proyecto es una muestra de que la memoria de Juan de Goyeneche sigue viva en el Nuevo Baztan que fundó y en esa comarca de Madrid. No en vano dejó una huella imborrable que es en las últimas tres décadas precisamente y después de un tiempo de injusto abandono por la desidia de las insituciones cuando está recuperando su impresionante atractivo y vuelve a gozar del favor de los visitantes.

La personalidad de Juan de Goyeneche, conocido como “el viejo”, nacido en Goienetxea del barrio de Ordoki de Arizkun, es una de las más relevantes, quizás la más destacada, de lo que se conoce por La hora navarra del XVIII desde que Julio Caro Baroja la bautizó así. Y no es exageración si “tirando para casa”, y no es por chauvinismo, se dice a esa hora que fue la “de Baztan”. Su obra magna fue la creación de Nuevo Baztan, pero no la única.

Ya queda constancia de la fábrica que levantó en Olmeda de las Fuentes, pero además y de nuevo bajo la dirección de José de Churriguera construyó el Palacio de Goyeneche (que no llegó a ocupar) en la calle Alcalá de Madrid, un magnífico edificio que es hoy la sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Mereció la confianza real y fue tesorero general de las Milicias y de la reina Mariana de Neoburgo, esposa de Carlos II, y de las reinas María Luisa e Isabel de Farnesio. Y también, adelantado en tantas ideas, tan entusiasta y abierto a la modernidad y al progreso que ni parecía baztandarra, en 1697 funda la Gaceta de Madrid, el primer periódico español que se convertiría en el Boletín Oficial del Estado. Nada menos.