Acabó haciendo marcha nórdica “por casualidad, de rebote”, tal y como él mismo afirma, sin embargo, y solo cuatro años después de comenzar a entrenar, el azagrés Pedro Romero se ha subido a lo más alto del podio tanto a nivel nacional como internacional. De 35 años y electricista, este deportista será el encargado de prender la mecha del chupinazo de la localidad ribera el próximo 7 de septiembre.
Aunque siempre había practicado atletismo, nunca le había llamado la atención la marcha nórdica. “En 2019 prepararon una prueba y me dijeron a ver si quería participar; me puse dos días antes a probar y me lancé. Obviamente me sancionaron y ahí vi que técnicamente no sabía hacerlo, pero me gustó y me piqué. Después hubo otra carrera en San Sebastián y vi que, si me ponía en serio, podía estar arriba”.
Carlos Vidondo y Pablo Ariza eran quienes controlaban del tema y ellos fueron los primeros que empezaron a enseñarle la técnica. Después, explica Romero, y tras crear el club, fueron apostando por traer a gente profesional para que impartiera cursos.
Meteórica mejora
Romero, ya con más entrenamiento, compitió de forma oficial en Lodosa en el Campeonato Navarro en marzo de 2020 y en 2021, y tras una operación de espalda y permanecer dos meses parado, logró quedar segundo en la Copa de España y primero en su categoría.
El salto de calidad llegó en 2022 cuando contacta con el que hoy en día es su entrenador personal, Pablo Ruiz de Almirón Lanz. “Cuando empiezo con él sigo entrenando 5 o 6 días pero bajo casi a la mitad los kilómetros que hacía y, entrenando menos, empecé a estar más fuerte, porque hacía entrenamientos bien preparados y de calidad”. A todo ello ayuda su constitución, delgado y fuerte, “y es que es un deporte con el que empleas el 95% de los músculos del cuerpo. Eso sí, la técnica es lo más importante, y siempre se puede mejorar. Son los pequeños detalles los que después marcan la diferencia”.
Tanto es así que en 2022 ganó las cuatro pruebas de la Copa de España así como el Campeonato de España pero, al ver tres tarjetas en el último kilómetro, quedó relegado a una segunda posición. “Se me quedó un sabor agridulce y era algo que este 2023 quería enmendar”.
Y ese hito llegó en casa, en Azagra, rodeado de los suyos. “Sabía que iba a tener mucho apoyo y eso me motivó para no venirme abajo”.
Los ritmos que lo alzaron como Campeón de España y campeón de la Copa de España “fueron muy fuertes, en ningún entrenamiento sacaba esa media tan rápida”. Durante la carrera, recuerda, “oía muchos gritos pero yo iba procurando no perder la concentración”. Eso sí, al entrar en meta… Alegría desbordada. “Logré quitarme esa espina que tenía clavada y me sentí muy feliz porque vi que tanto trabajo y esfuerzo tuvieron su recompensa”.
Con ambos títulos en su haber recientemente se marchó a Polonia acompañado por sus hermanos para competir en una prueba europea en la que, una vez más, se colgó la medalla de oro. “Ahora mismo no hay un Campeonato de Europa oficial o un mundial porque el reglamento es diferente; las sanciones son distintas y lo que más me gustaría es que esto se unificara para poder avanzar”.
Sacrificio y apoyo
Estos logros no están exentos de sacrificio, y es que, “esto es un hobby. Compaginar los entrenamientos con el trabajo diario y con una familia con dos hijos es complicado. La verdad es que todo esto se lo tengo que agradecer a mi familia, sobre todo a Mª José, que es la que se encarga de todo cuando yo no estoy, y eso es digno de admiración. Yo soy el que me cuelgo las medallas pero el mérito es también suyo. Además, el resto de mi familia nunca me ha dejado caminar solo y me ha acompañado a todas y cada una de las pruebas a las que he ido”.
Entre los retos que se plantea ahora, además de seguir compitiendo al mismo nivel, está el sacar adelante una escuela de marcha nórdica para niños en Azagra. “Para mí esto es una forma de vida. Me gustaría ser un referente a nivel nacional; quiero aportar todo lo que pueda a la marcha nórdica española. Quise coger el testigo de Pablo Ariza y dije que algún día le devolvería a Azagra el título de Campeón de Copa y de Campeón de España, y lo he cumplido”.
7 de septiembre
A un mes de subirse al balcón para dar inicio a las fiestas patronales, Pedro asegura que “me hace muchísima ilusión, y es algo por lo que estaré eternamente agradecido. Seguro que estaré nervioso, pero me dejaré llevar y me emocionaré”.
