Desde hace un par de meses, Elizondo cuenta con una tienda de productos latinos. 'La Latina' es el primer negocio de este tipo que se instala en el valle y por el momento, está teniendo muy buena acogida. Detrás del mostrador se encuentra Elieth Zeledon (31), casi siempre acompañada por su hija Noa.

Elieth es de Nicaragua pero tuvo que emigrar a la península por la crisis sociopolítica de 2018. Vino con la idea de empezar de cero, y tras varios años en Bilbao, hace algo más de año y medio se instaló en Elizondo. “Vine a Elizondo a formar mi familia, porque como mi marido trabajaba aquí tomamos la decisión de mudarnos. Además, estando en Nicaragua yo vivía en una zona de montaña, rodeada de verde, y Baztan es así. Es a lo que estoy acostumbrada y lo que más me gusta” explica. 

Se considera una fanática de la cocina pero cuando se instaló en Elizondo se topó con un problema. “Me encanta cocinar, y más aún los productos que he cocinado toda la vida, porque cuando uno cocina sus productos se siente en casa, sientes como que nunca te fuiste de tu tierra. En Bilbao compraba en tiendas latinoamericanas que encontraba en todos lados. Pero cuando llegué aquí y empecé a preguntar dónde podía adquirir este tipo de productos siempre me decían que no había y me tocaba desplazarme hasta Pamplona o Irun” cuenta. Durante los primeros meses eso era lo que hacía. Pero después llegó el embarazo de Noa y entonces empezó a valorar la opción de abrir su propio negocio. “Tenía claro que el primer año de vida mi hija quería pasarlo con ella” admite, y fue esto lo que la empujó a montar su propia tienda, no querer perderse sus momentos importantes. 

El primer paso fue pedir un informe del censo de Baztan. Resultó, además, que la mayoría de personas inmigrantes de la zona son centroamericanos, y la inmensa mayoría de centroamericanos son nicaragüenses. También existe una población importante de colombianos, ecuatorianos y bolivianos. Partiendo de ahí empezó a decidir qué tipo de productos traería al negocio. Sin embargo, admite que al principio tuvo “mucho miedo” y trató de atrasar el momento de apertura. Aun así, ahora está muy contenta por haber dado el paso. “Desde que abrí la tienda a veces siento incluso que estoy en mi país. Allá están las mini tiendas, que en Nicaragua llaman pulperías. La gente llega, compra, se pone a conversar….y eso es muy bonito. Y a veces es como que sintiera que estoy en Nicaragua” explica.

Además, cuenta que también está pasándose por la tienda mucha gente local, y eso es algo que la ilusiona mucho. “Es algo muy hermoso, me encanta que por medio de la comida puedan conocer un poquito nuestra cultura, de lo que nos apasiona y nos gusta” cuenta emocionada. Recibe a sus clientes con entusiasmo y siempre está dispuesta a recomendar, sugerir o explicar lo que sea necesario. Y no solo eso. Si el cliente lo solicita, también les dicta diferentes recetas, que próximamente espera tener impresas o subir a redes. “Tengo muchas ideas en mente” dice notablemente ilusionada.

Además, también trata de adquirir los productos que le piden. “Es tan bonito cuando les logro traer algo, la cara de ilusión que ponen… Al final uno compra estos productos con el corazón, con la memoria, con los recuerdos. Y su cara de felicidad me llena, me llena de verdad” explica Elieth. 

El producto estrella de su local es el queso, que, según admite “siempre nos está faltando” ríe. Aunque es consciente de que los productos de La latina son más caros que los de un supermercado convencional, explica que “la gente está más que dispuesta a pagar este precio porque cuando encontramos estos productos pagamos por esa emoción, eso que nos hace sentir, volver a nuestras raíces, a nuestra cultura... Estamos más en casa cuando tenemos un plato de nuestra comida que hacía nuestra mamá de críos, y eso no tiene precio”.

“Yo misma soy cliente de mi tienda” admite divertida. “En mi casa comemos la mitad de los días vasco y la otra mitad nicaragüense” explica. Y aunque afirma que la gastronomía de aquí y de allí son diferentes, tiene claro que “la diferencia es buena”. Cree que es importante que “perdamos el miedo a probar cosas” y opina que, comprar en este tipo de negocios, para los latinoamericanos es como “llevarte un pedacito de tu tierra a casa” y para las personas locales “que puedan encontrar nuestra tierra en estos productos es una manera de abrir fronteras y sentirte más cerca de las personas”.