"La sima de Otsoportillo se ha convertido en uno de los ejemplos más acabados de lugar de la memoria, de denuncia de la barbarie franquista y de defensa de los derechos humanos. Con nuestra presencia y parte activa contribuimos no solo a homenajear a aquellas personas a los que injustamente se les arrebató la vida por sus ideas, sino también a la consolidación de un lugar de la memoria, de su memoria, de nuestra memoria”, señalaron Egoitz Urritza e Imanol Arbizu, alcaldes de Bakaiku e Iturmendi respectivamente. Y es que primer domingo de septiembre, este paraje de Urbasa rodeado de hayas volvió a ser un espacio para el recuerdo y reconocimiento a aquellas personas que en defensa de los principios de democracia y libertad, fueron asesinadas y arrojadas a esta sima, convertida en una fosa común. 

Así viene sucediéndose desde 1980, cuando familiares de fusilados de Sakana junto con el Ayuntamiento de Etxarri Aranatz comenzaron a organizar este homenaje. Desde 2017, fruto de un convenio de colaboración, los ayuntamientos de Sakana se encargan de su organización. Ayer era el turno de Iturmendi y Bakaiku.

Al respecto, los alcaldes de ambas localidades transmitieron su “agradecimiento y admiración a las familias que durante tanto tiempo mantuvisteis vuestra demanda de justicia en medio de la incomprensión e incluso el rechazo de amplios sectores de la sociedad”, al tiempo que incidieron en que “durante décadas, tantos los asesinados como sus familias han sido borrados del recuerdo oficial. También han sido borrados procesos de reconstrucción de la memoria histórica por parte de colectivos minorizados o represaliados”.

Al final del homenaje hubo una ofrenda floral. N.M.

 Lo cierto es que Otsoportillo es uno de los lugares de la Memoria Histórica de Navarra. Junto con el Raso, es una de las más simbólicas simas utilizadas para arrojar los restos de personas asesinadas en la limpieza desarrollada por las fuerzas sublevadas tras el golpe militar de 1936. Las investigaciones hablan de 13 personas asesinadas por sus ideas políticas y su militancia, la mayoría de la zona. En 1979 se localizaron los restos, y en 1982, los familiares, al no poder cerrarse la sima, recogieron los huesos rescatados en una caja metálica. Dos exhumaciones llevadas a cabo en 2016 y 2017 por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y el posterior análisis de ADN de los restos permitieron la identificación genética de ocho víctimas. Son: Víctor Urkijo, José Úbeda y Claudio Doroteo Diéguez, de Altsasu. De Olazti eran dos, Melitón Aguirre y Miguel Vergara, al igual que de Ziordia: los hermanos Domingo y Francisco San Román. Otro era de Urdiain, Francisco San Román. 

Desde 1980, una escultura de José Ramón Anda recuerda a aquellas personas que fueron asesinadas y arrojadas a la sima, una obra que ha sufrido ataques en diferentes ocasiones. Poco amigo de hablar en público, el escultor de Bakaiku ayer tomó la palabra en el homenaje. No en vano, uno de los anfitriones era su pueblo. “Quiero agradecer a quienes me dieron la posibilidad de homenajear a las personas que fueron perseguidas y fusiladas en esta tgierras, porque también yo sentía la necesidad de hacer algo en torno a los hechos ocurrido es esta sima de Otsoportillo. La intención con la que llevamos a cabo este trabajo fue la de ofrecer un espacio para preservar la memoria de lo sucedido y devolver en lo posible algo de sosiego a las familias tras el sufrimiento y dolor que produce que un ser querido, después de verse desposeído de todos sus derechos, sea maltratado, humillado y asesinado de un modo atroz”. Asimismo, Anda incidió recordó que “fue un proyecto colectivo en el que colaboraron muchas personas para llevarlo a cabo”.

Gobierno de Navarra, del olvido al reconocimiento

Tras décadas de olvido por buena parte de las instituciones, desde hace ocho años el Gobierno de Navarra es parte activa en la recuperación de esta memoria. El domingo asistió la vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo, habitual este día. “Más allá de una reparación y reconocimiento a esas víctimas que fueron aquí asesinadas y acompañar a las familias, en un momento en que esta ola involucionista se está asentando en muchas regiones muy cercanas, es más necesario que nunca estar hoy aquí, acompañando a las víctimas y sobre todo reivindicando esa memoria que durante años ha ido tapada con tierra y piedras”, señaló. 

Asimismo, destaco que el Gobierno de Navarra no “cejará en el empeño de sacar esos cuerpos de esas casi 1.000 personas que todavía siguen desparecidas, identificarlas y devolverlas a sus familias”. Y es que continúa el programa de exhumaciones que realiza la Sociedad de Ciencias Aranzadi, a través de un convenio. “Hemos hecho un llamamiento a las familias a que dejen su ADN con el fin de que aparezca algún resto y el círculo se cierra con esa entrega de los retos para que reposen con sus familiares de donde nunca tenía que haber salido”, concluyó. 

Los hermanos Haritz y Amaiur Goikoetxea amenizaron el homenaje con su música. N.M.

En el homenaje, que estuvo amenizado con la música de los hermanos Haritz y Amaiur Goikoetxea, no faltó un aurresku de honor, ofrenda floral y auzate