Comercio a Mano sigue latiendo en Urroz-Villa. Es la única tienda que abre sus puertas en el corazón de la localidad, al lado de la emblemática plaza de El Ferial. La gestionan las hermanas y vecinas Olga y Natalia Equisoain Itoiz (de 39 y 51 años, respectivamente), descendientes de una familia que echó raíces en el comercio urroztarra. En enero de 2019, iniciaron su andadura conjunta cuando tomaron el relevo de su tía, Camino Equisoain Villanueva, jubilada, y de Iker Ablanedo Raro, marido de una prima. Su estreno no pudo ser más potente. “Llegaba la fila desde la plaza hasta la iglesia”, recuerdan aludiendo al esfuerzo añadido del pequeño comercio de aquellos días.

Natalia trabajó con Iker, pero al cambiar este de trabajo, se quedó sola y se planteó el traspaso. El tiempo pasaba sin éxito, y entonces, le planteó la posibilidad a su hermana, Olga. Empleada en un comercio de Pamplona, su respuesta inicial fue un no rotundo. Conocía el trabajo, estaba acostumbrada a trabajar de cara al público. Sin embargo, no estaba entre entre sus planes trabajar por cuenta propia y los fines de semana. Pero un buen día llegó la reflexión: “No puede ser que Urroz se quede sin tienda”, recuerda. Pesaba también el sentimiento de la herencia familiar: Natalia y Olga son nietas de Fermina Villanueva Cano, de quien tomó el testigo su hija Camino, tía de ambas. Una vez tomada la decisión, confiesa, “no me he arrepentido ni un minuto”. Gracias a este vínculo, la villa dispone del comercio abierto todos los días, de lunes a domingo de 9.00 a 14.00 horas, y 363 días del año: solo cierran los festivos de Navidad y Año Nuevo.

Entre las dos hermanas se reparten la mañana y trabajan los fines de semana alternos. De este modo, ellas tienen vida propia y Urroz, tienda. Pan, prensa, verduras, fruta, fresco y congelados, droguería, conservas y género variado. Un punto de encuentro en la plaza, de la vecindad del pueblo y de los habitantes del Valle de Izagaondoa.

Imprescindibles

La tienda de Urroz está abierta todo del año y para todo el mundo, si bien se nutre de los habitantes de diario y de las personas de paso los fines de semana, también de las que ocupan las dos casas rurales existentes en la localidad.

“Nosotras no reparamos en si es clientela fija o no, aunque sabemos apreciarlo. Muchas veces vienen a comprar las pequeñas cosas, algo que han olvidado en Pamplona en las grandes superficies. Sobre todo la gente joven, menos concienciada con la compra en el pueblo. A veces la excusa es el precio, y no siempre es cierto que el precio sea más caro. Los ajustamos todo lo que podemos. Es imposible hacerlo más para poder ganar un sueldo”, constatan. Añaden que ellas tratan a todo el mundo igual. “Tenemos interiorizado el hecho de dar un servicio”, declaran, al tiempo que manifiestan que escuchar la frase: “Más vale que estáis” es muy gratificante. Se sienten valoradas. Con la tienda abierta, Urroz gana: ochenta metros de producto cercano, trato de calidad y un pueblo vivo.