La tienda-estanco de Arizkun lleva abierta desde los años noventa y en manos de José Julián Daguerre desde hace 12 años. Además de tabaco, también hay a la venta algunos productos de alimentación, aunque cada vez se venden menos.

El dueño del establecimiento, Daguerre, no tiene ningún problema a la hora de explicar lo complicado de la situación actual. “La gente viene, sí, a por pan o a por cuatro tonterías que hay. Pero este tipo de tiendas está ya para terminar, están agotadas” declara. Opina que este tipo de negocios ya no son rentables, porque se vende muy poco. “La gente va a comprar a las tiendas grandes. Solo van a las tiendas pequeñas si les falta una tontería. Y una tienda pequeña así no puede subsistir, no se puede mantener así”.

"Aquí la gente va a comprar a Elizondo y las tiendas pequeñas estamos todas para desaparecer"

José Julián Daguerre - Dueño de la tienda-estanco de Arizkun

Además, últimamente la cosa se está complicando cada vez más, como con la subida de precios, que, “claro, se nota, se nota en todo”. En su caso, admite que se mantiene vendiendo tabaco. “Aquí la gente va a comprar a Elizondo y las tiendas pequeñas estamos todas para desaparecer” sentencia. Y es que no cree que su caso, en Arizkun, sea una excepción. Se trata de una realidad que se aplica a todo Baztan. “Quitando las de Elizondo, en Baztan ya quedan muy pocas tiendas y las pocas que quedan, yo creo que por poco tiempo” dice.

Pero el peligro de cierre no solo amenaza a las tiendas. Según cree Daguerre, el futuro de bares y restaurantes del valle tampoco está muy claro. Explica que en Baztan, los bares pueden funcionar bien, pero que cada vez son más los que no encuentran gente para trabajar. “Hay que meter muchas horas, y para eso, hacen falta ganas de trabajar. Estos días, por ejemplo, he visto que había un montón de gente, de turistas, por el valle. Y no nos llega para darles servicio a todos. No hay nada. El mayor problema que hay aquí es que hay trabajo pero no se encuentra gente para trabajar” lamenta. 

La solución que plantea es que se dé un cambio de mentalidad en la sociedad. “Como no cambiemos de mentalidad y tengamos más ganas de trabajar, yo veo poco futuro en estos pueblos pequeños. A mí me parece que muchos restaurantes también se van a cerrar. Y luego nos arrepentiremos. Cuando algo cierra la gente dice que es una pena, pero, claro… Es que es lo que hay”.

Daguerre no duda en afirmar que él siempre está a favor de las tiendas pequeñas. “Siempre intento comprar en ellas. Quiero dejar mi dinero en el lugar en el que estamos viviendo, aquí, cerca. Hay que pagar un poco más, pero el dinero se queda en Baztan y si es posible, prefiero darle el dinero a la gente que vive aquí”.

José Julián Daguerre atiende a un par de vecinos de Arizkun en su tienda-estanco. Ondikol

De momento, la tienda-estanco de Arizkun abre sus puertas de 9.00 a 13.00. Aun así, su dueño asegura que no aguantará mucho tiempo, porque “no ve futuro”. “Yo soy de tiendas pequeñas y estoy a favor de tiendas pequeñas, pero es muy duro y es que, así no se puede sobrevivir” explica. Admite que le da mucha pena tener que cerrar y que aguantará “hasta lo que pueda aguantar”.

De cara al futuro, no cree que se puedan reabrir los negocios que se cierren. “Ojalá que sí”, reflexiona, “pero visto lo visto, lo veo muy difícil”. Así, Daguerre, cuenta con algo de tristeza la realidad que vive actualmente con su tienda-estanco de Arizkun, con una visión crítica de la sociedad actual y mostrando una perspectiva que cuanto menos, debería hacernos pensar con detenimiento.