Si cualquier vecino o vecina de Pueyo necesita comprar algún producto básico del día a día, como una barra de pan, una lechuga, un bote de lejía, pasta de dientes, el periódico, o simplemente le apetece echarse un café o un Gin-tonic con un amigo o familiar, únicamente tiene un lugar al que acudir sin necesidad de desplazarse hasta Tafalla: Solanoa. Estíbaliz Mangado regenta este establecimiento desde hace ocho años, aunque la tienda ya existía cuando ella cogió las riendas. “El servicio que damos aquí es un poco general. Tenemos lo básico que una casa pueda necesitar en el día a día, además de pan, algo de fruta y verdura y carne fresca envasada. Al final las tiendas de pueblo somos para compras puntuales; para cuando se nos ha olvidado reponer los huevos o la harina de la despensa. Sí que hay gente mayor que hace compras más grandes, pero normalmente es tienda de última hora”, explica Estíbaliz.

La dueña de Solanoa es consciente de que los precios de sus productos son superiores a lo que podemos encontrarnos en las grandes superficies, aunque la calidad también se nota. “Aunque sean precios algo más altos que lo que puedan encontrar en Tafalla, especialmente en la fruta y verdura, los vecinos me reconocen la calidad de éstos. Aun así, los precios no son una circunstancia determinante para que la gente haga o no la compra aquí. Se trata de la comodidad. Sí o sí tienen que desplazarse a Tafalla para ir al médico, al colegio o a realizar cualquier trámite. Pues aprovechan para hacer la compra”, sostiene Estíbaliz, mientras puntualiza que lo que a ella le “salva el mes” es el hecho de ser también la única cafetería y bar de todo Pueyo. “Quien viene a comprar el pan, ya aprovecha para desayunar, almorzar o echarse un vermut al medio día, ya que no hay bares o cafeterías. Yo soy el todo en uno. Solanoa lo podemos considerar como el centro social de Pueyo, el punto de encuentro de los vecinos y vecinas cuando les apetece salir un rato de casa y tomar algo”.

Más ayudas

Una de las principales reivindicaciones que Estíbaliz hace es el pedir más ayudas a los autónomos que regentan este tipo de establecimientos, ya que “tenemos una serie de gastos inasumibles que nos están comiendo”. “Dicen que dan ayudas, pero las que dan son para los nuevos autónomos. ¿Y con los antiguos qué pasa? También nos dicen que nos pueden ayudar con la digitalización de las empresas. Pero, ¿de qué me sirve a mi invertir en crear una página web y una tienda online? No tiene sentido”, denuncia. “Trabajo siete días a la semana y no tengo vida. De lunes a viernes abro a las 7 de la mañana y estoy hasta las 14.00 horas. Después, por la tarde estoy de 18.30 a 21.00. Los fines de semana abro incluso hasta más tarde. ¿De dónde saco el tiempo para atender mi familia, mi casa? Es muy difícil seguir este ritmo, para que encima, al final de mes, saque lo justo”, se lamenta.