La accesibilidad, la movilidad y el estado de los inmuebles son los principales problemas, y aspectos a mejorar, que ha arrojado el proceso participativo que ha tenido lugar en la localidad ribera con el objetivo de diseñar una Estrategia de regeneración Urbana (ERU) para la mejora integral del Casco Histórico.

De la mano de Orekari y Nomad, la iniciativa contó con un paseo por la zona vieja y por la iglesia de Montserrat gracias al que elaboraron un primer diagnóstico, y con dos talleres; uno con vecinos y vecinas y otro con técnicos y políticos (miembros de la corporación, de intervención, de la brigada municipal, el secretario, y representantes de los servicios sociales y del centro de salud).

Aunque el Consistorio aún tiene que recibir la memoria exhaustiva, recientemente presentaron en público las primeras conclusiones que, de acuerdo con la alcaldesa, Laura Remírez, atienen al hecho de “mejorar un casco viejo abandonado y con necesidad de intervención tanto a nivel urbanístico como social”.

De acuerdo con la primera edil este proceso les dará una hoja de ruta con diferentes actuaciones que se pueden llevar a cabo como, por ejemplo, y en algo en lo que todos coincidieron, la mejora de los inmuebles en mal estado. De hecho había 16 expedientes abiertos que ya han sido notificados y 5 edificios en ruinas de los que uno está en trámites de donación al Ayuntamiento y otro, en manos de la fiscalía. Además, insistía, el tema de los vehículos genera opiniones enfrentadas.

Posibles acciones

Algunas de las soluciones que plantearon y que aparecerán reflejadas en la memoria pasarían por ofrecer incentivos para que la gente quiera vivir en el casco viejo (en cuestiones de licencias, por ejemplo), que el Ayuntamiento adquiera inmuebles para hacer espacios de ocio o para habilitar aparcamientos, o colocar mobiliario urbano, ahora mismo inexistente.

Además, y en esta línea, ahora van a arreglar parte del pavimento de la calle Ancha; han marcado en el suelo dónde hay desperfectos y los trabajadores de la brigada lo irán adecuando, y harán lo propio en algunos puntos de la calle Mayor.

Por último, la zona de la iglesia de Monsterrat requiere de un estudio aparte ya que, de momento, van a hacer una valoración del estado actual del inmueble y de las medidas que urge tomar. Y es que la idea es que allí se habilite una plaza con bancos, una zona para aparcar los vehículos, y un espacio multiusos en el propio edificio.

Radares móviles

La alcaldesa del municipio, a través de un bando, ha informado de que se van a instalar radares móviles en la Avenida de la Ribera, Avenida de Navarra y Polígono El Ramal entre el 20 de noviembre y el 1 de diciembre con el objetivo de “concienciar sobre los límites de velocidad y para llevar un mejor control del tráfico de la localidad”. El texto concluye asegurando que “se recuerda que en caso de infracción se interpondrán las sanciones correspondientes”.